El peor legado
Páginas: 2 (433 palabras)
Publicado: 6 de junio de 2011
El peor legado
Por: Andrés MOLANO-ROJAS
Analista y profesor de Relaciones Internacionales
El Nuevo Siglo, 02 de marzo de 2011
Dicen que el mal que hacen los hombres los sobrevive, mientrasque el (escaso) bien que han hecho suele morir con ellos. Igual pasa con las dictaduras, cuyo legado pesa en la historia de los pueblos como un fardo, incluso años después del derrocamiento deltirano. Uno de los principales desafíos que tendrán que enfrentar los Estados y las sociedades del Norte de África sacudidos por el “efecto jazmín”, será precisamente el de evitar que su pasado seproyecte, como una infausta sombra, sobre su futuro. De lo contrario, podrían acabar repitiendo la misma historia. Aunque Ben Alí, Mubarak ni Gadafi estén ahí para protagonizarla.
Ese riesgo existerealmente. Los levantamientos populares pueden ser espontáneos, y tener éxito en su propósito básico: provocar la caída del autócrata. Pero un verdadero cambio de régimen, una transición efectiva,requiere liderazgo, cuadros preparados para asumir el gobierno y la dirección del Estado, y una sociedad civil organizada y autónoma que canalice las demandas de la población y pida cuentas a laadministración pública, impidiendo la captura del sistema político por un grupo o facción determinada.
Muy poco de esto existe en Túnez, Egipto, y mucho menos en Libia. Décadas de autocracia ygobierno personalista han inhibido la aparición y proyección de nuevos líderes y han prácticamente aniquilado las organizaciones sociales independientes. De ahí que por ahora en Túnez (el dimitidoGanuchi y su octogenario sustituto) y en Egipto (el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas), los artífices de la transición provengan todos, de una forma u otra, del antiguo régimen; como si éste, enefecto, tuviera una sorprendente capacidad para auto-perpetuarse.
Es tal vez el peor legado de la dictadura: el escaso capital político y social sobre el que debe construirse la transición, y la...
Por: Andrés MOLANO-ROJAS
Analista y profesor de Relaciones Internacionales
El Nuevo Siglo, 02 de marzo de 2011
Dicen que el mal que hacen los hombres los sobrevive, mientrasque el (escaso) bien que han hecho suele morir con ellos. Igual pasa con las dictaduras, cuyo legado pesa en la historia de los pueblos como un fardo, incluso años después del derrocamiento deltirano. Uno de los principales desafíos que tendrán que enfrentar los Estados y las sociedades del Norte de África sacudidos por el “efecto jazmín”, será precisamente el de evitar que su pasado seproyecte, como una infausta sombra, sobre su futuro. De lo contrario, podrían acabar repitiendo la misma historia. Aunque Ben Alí, Mubarak ni Gadafi estén ahí para protagonizarla.
Ese riesgo existerealmente. Los levantamientos populares pueden ser espontáneos, y tener éxito en su propósito básico: provocar la caída del autócrata. Pero un verdadero cambio de régimen, una transición efectiva,requiere liderazgo, cuadros preparados para asumir el gobierno y la dirección del Estado, y una sociedad civil organizada y autónoma que canalice las demandas de la población y pida cuentas a laadministración pública, impidiendo la captura del sistema político por un grupo o facción determinada.
Muy poco de esto existe en Túnez, Egipto, y mucho menos en Libia. Décadas de autocracia ygobierno personalista han inhibido la aparición y proyección de nuevos líderes y han prácticamente aniquilado las organizaciones sociales independientes. De ahí que por ahora en Túnez (el dimitidoGanuchi y su octogenario sustituto) y en Egipto (el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas), los artífices de la transición provengan todos, de una forma u otra, del antiguo régimen; como si éste, enefecto, tuviera una sorprendente capacidad para auto-perpetuarse.
Es tal vez el peor legado de la dictadura: el escaso capital político y social sobre el que debe construirse la transición, y la...
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