El pricipe y el mendigo
El libro gira acerca de las aventuras de los dos niños en ambientes totalmente extraños para ellos, pero Twain aprovecha para repartir estopa a la monarquía sin compasión. Elretrato de los bajos fondos de Londres es particularmente crudo, y la impresión que da es de una maniobra publicitaria de la forma de gobierno de los Estados Unidos.
Fuera de esto la historia resultaentretenida, pero no llega ni de lejos a la calidad de Tom Sawyer.
Después de lo cual, vestido con sus harapos, salía a mendigar unas monedas, se comía su pobre mendrugo, recibía los pescozones einsultos de rigor y luego se tumbaba sobre el puñado de paja sucia y en sueños volvía a sumergirse en sus vacías grandezas.
Y, pese a todo, cada día era mayor su deseo de ver siquiera una vez unpríncipe de carne y hueso, hasta que finalmente absorbió todos los demás deseos y se convirtió en la única pasión de su vida.
Un día de enero, hallándose en su habitual ronda mendicante, recorrió conaire abatido las cercanías de Mincing Lañe y Little East Cheap hora tras hora, descalzo y aterido de frío, atisbando por las ventanas de las casas de comidas y anhelando hincar el diente en loshorribles pasteles de cerdo y otros inventos mortíferos expuestos allí, ya que para él eran exquisiteces dignas de los ángeles. Es decir, lo eran a juzgar por su olor, ya que jamás había tenido la buenasuerte de comprar uno y comérselo. Caía una llovizna helada y el cielo estaba turbio. El día era melancólico. Por la noche, al llegar a casa, Tom estaba tan mojado, cansado y hambriento que a su padre...
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