El Problema De La Inconmesurabilidad Moral

LA INCONMENSURABILIDAD Y/O LA DOBLE MORAL

Lectura crítica del ensayo: “La conducción de una vida y el momento del bien” de Charles Taylor.

El presente escrito intenta evidenciar desde la lectura del ensayo de Charles Taylor, la imposibilidad práctica de la asunción de una postura moral única y universal en todas las acciones humanas, como también, la debilidad argumentativa de conciliaciónentre lo particular y lo universal cuando el planteamiento se construye bajo el uso de dicotomías o procesos de oposición binaria.

Lo que dice Taylor
Taylor inicia calificando como torpe y simplista, hablar de inconmensurabilidad sin hacer distinciones importantes al respecto y procede con la distinción de dos tipos de situaciones en las cuales se observa la inconmensurabilidad: la primera,cuando alguien debe decidir sobre dos bienes disímiles entre sí, cuya ponderación resulte imposible en una misma deliberación y, la segunda, cuando se demanda el deber de comparar exigencias provenientes de perspectivas éticas de culturas diferentes, incluso a arbitrar en ellas, esforzándose a buscar un terreno común de razonamiento que pueda ser aceptado por los miembros de las culturasintervinientes; pero advierte que centrará su exploración en la primera situación.

La intención fundamental de Taylor, es “contribuir a forjar una concepción plausible del razonamiento moral que refleje tanto su ineludible diversidad como su lucha constante por la unidad”. Su idea básica es que cualquier explicación del primer contexto debe hacer justicia tanto a la diferencia como a la unidad. Pero,afirma al mismo tiempo, que el esforzarnos por no ser arbitrarios en nuestras decisiones, nos indica el intento por buscar la unidad en nuestra vida moral. Algo que según él, es bien discutido en la tradición filosófica, entre los detractores de la diversidad que abogan por la unidad: Los utilitaristas y Kantianos; y los que en respuesta a éstos: los posmodernistas, como críticos de la unidad,que consideran imposible arbitrar sobre diversidad de valores.

Para Taylor, ambas posturas ignoran características cruciales de nuestra vida moral: En primer lugar, la importancia que la cultura pos iluminista moderna y liberal han atribuido a la benevolencia (que adviene del utilitarismo) y a la justicia (que proviene del Kantismo), al punto de convertirla en la suma de la moralidad; en segundolugar, la concentración correlativa hacia los otros, constituyendo una moral del deber, y en tercer lugar, la claridad y decibilidad que ofrecen, por los límites morales que trazan de manera más precisa; aspectos que pueden ser apreciables desde una perspectiva, deísta, atea o cualquier otra.

Otro elemento esencial, es que en ambas concepciones morales (la benevolencia y la justicia), larealización personal queda relegada a un segundo plano. Sin embargo, desde estos dos elementos es posible lograr una intuición básica de lo que significa la vida buena, siempre y cuando se observen dos niveles de reflexión: uno, referido a la preocupación por definir los bienes de la vida y, el otro, a la intención de aclarar que aspectos de los seres humanos [de su lugar en el universo, de surelación con dios o con lo que sea] hacen que tales o cuales bienes sean los más elevados de la vida.

Ante la necesidad de elegir entre bienes diversos de difícil ponderación, Taylor rechaza tanto la adopción de un mecanismo de prioridad sistemática, que conduciría al absurdo pragmático, como la homogenización de bienes que eleven lo trivial a un rango vital. Para él, es necesario considerar tantola importancia de los bienes, como los eventos en que se suceden, cuando se invoca lo que llamamos el mismo bien.

En los dos ejemplos que plantea en la parte III de su ensayo, acerca de la decisión entre el bien común y el bien particular: tanto con Priscila, la líder del Partido Verde de la república Tropicana, como el relato bíblico de María ungiendo a Jesús en Betania, en los cuales ambas...