El pueblo que no quería crecer

El pueblo que no quería crecer
Ikram Antaki


Como algo posiblemente vergonzoso, “El pueblo que no quería crecer” se nos presenta como una invitación a la reflexión de nuestra condición como individuos insertos dentro de un tejido social bastante dañado y al que el día de hoy llamamos México; esto por medio del análisis a través de los ojos de un agente externo, una extranjera de menteaguda y cuyo lenguaje sorprende tanto por su inteligencia como por la crudeza de su contenido.
En principio es clara la prevención del rechazo que ella misma advierte, ya que lo que aquí dice no es fácil de purgar y mucho menos de digerir.
Pocos son los que han dedicado su obra a intentar desenmarañar las estructuras sobre las que reposan y se trasladan las acciones de nosotros los mexicanos delsiglo XXI, que además de ser el dedo sobre la llaga de nuestra cultura la primicia aquí es el poder en verdad abrir el canal de la escucha e internalizar para así traducir la voluntad y por lo tanto la libertad verdadera en acciones que cambien, mejoren y transformen este entorno que se muestra tan caótico.
Al abrir una puerta hacia la autoevaluación me sorprende que las cuestiones aquíseñaladas, por ejemplo la impuntualidad y la falta de formalidad y de compromiso, no son solo cuestiones que yo entendía como parte del proceso de madurez, influenciadas por mi edad y personalidad actual; sino que a nivel nacional son estigmas con los que cargamos y convivimos. ¿Quién no ha dicho o le han dicho “espéreme tantito”, “mañana se lo tengo” o “se me hizo tarde”?...
En palabras de la autora somosun pueblo de niños eternos que jugamos a ser y no queremos dejar de jugar, no queremos crecer.



¿Quiénes somos?, ¿qué significa ser mexicano, tener una nacionalidad, pertenecer?, ¿por qué la violencia, la pobreza, la corrupción, el caos?, ¿por qué estamos como estamos?...
Uno de las características que me parecen centrales de la lectura es la puntualización del hecho que como sociedadconquistada no hemos superado nuestra autoestima, esa de los vencidos, si bien fue un proceso violento y representó una fractura primigenia para este mundo dual, somos fruto de algo más grande y con más historia que ese puñado de cientos de años.
No solo está la grandeza de aquellos pueblos originarios, hay que reconocer las carencias que conllevaba la predilección por lo fantasioso o también loviolento, o el hecho de que no había cohesión social sino un mosaico de culturas diversas que se relacionaban a través de la guerra, la esclavitud y pago de cuotas a los más poderosos.
Como se menciona, no fuimos los únicos conquistados y sin embargo somos los más acomplejados. Por lo tanto hay que dejar atrás las culpas o lástimas y estar consientes de la historia significa reflexionar para noaferrarnos, entonces solo así seremos capaces de crear bases sólidas y nuevas.
Me parece que es esta falta de integración la que nos ha detenido tanto, lo prehispánico e indígena con lo occidental es una realidad y a veces parece que lo evitamos, que nos estamos negando, pero eso es lo que somos.
La escritora enuncia que nos cerramos frente al otro, aparentamos dialogar y por eso rechazamos loajeno, lo vemos como una amenaza y no queremos aprender pero al mismo tiempo nos lamentamos por el racismo externo, cuando un claro ejemplo es que dentro de estos límites territoriales nos discriminamos impúdicamente unos a otros.
Como una serpiente que se entiende a sí misma fragmentada y que termina mordiéndose la cola en busca de culpables.




Hay que plantearnos cómo entendemos locolectivo y lo individual: la falta de iniciativa frente a la falta de sentido de pertenencia nos caracteriza.
Incluso el conocimiento no se da a través de estructuras que permitan el trazo de caminos colectivos sólidos; sino a través de la experiencia, el ensayo y el error a niveles personales o poco compartidos. En parte por eso exaltamos y practicamos la improvisación y la creatividad, el...