El sí
Estaamplitud y envergadura de la perspectiva intelectual de Simmel se manifiesta notablemente en este ensayo en el que se entrecruzan y funden observaciones psicológicas, económicas, sociológicas y filosóficas dirigidas a comprender la peculiar situación existencial del individuo humano en el contexto de las metrópolis. En este sentido, vale la pena comenzar por lo que el mismo Simmel nos dice allíacerca de la intención y dirección de sus reflexiones.
Tal intención y dirección se puede sintetizar en una idea orientadora, una idea acerca de cómo quiere proceder en el análisis de su objeto de estudio y hacia dónde quiere dirigir la mirada, y que Simmel expresa con las siguientes palabras:"(...) desde cada punto en la superficie de la existencia, por mucho que parezca crecer sólo en y a partirde ésta, cabe enviar una sonda hacia la profundidad del alma"[1]. Siguiendo esta idea, un fenómeno tan especial del desarrollo socio-cultural de la época moderna como es el de la formación de las grandes metrópolis ha de tener resonancias cruciales y determinantes en la constitución interna de las personas allí inmersas, en el estado de su alma, en su manera de experimentar la vida. A Simmel leinteresa examinar ciertas características externas de la dinámica de las grandes urbes, pero no para comprender el fenómeno en sí mismo como producto socio-cultural, sino para penetrar desde allí en lo que sucede dentro de las personas cuyas vidas transcurren y se desenvuelven en esta dinámica. El objetivo es comprender mejor la situación existencial del individuo humano partiendo de las particularescondiciones que lo circundan. Esto implica la suposición de que lo primero está esencialmente vinculado a lo segundo, aunque, y esto es importante tenerlo en cuenta, Simmel no esté pensando que el individuo humano sea un mero producto de las condiciones de su entorno y su medio ambiente socio-cultural. Esto se hace evidente cuando, una vez establecida la tarea, Simmel quiere llevarla a caboteniendo como bitácora de viaje una intuición central: el problema de la vida del hombre en el contexto de la sociedad moderna consiste en su lucha por defender y mantener vivo aquello que le es más íntimo y más propio en su interioridad, frente a una avalancha de fuerzas externas suprapersonales -sociales, culturales y económicas- que tienden a imponerle las condiciones de su vida y a aniquilar suautonomía: "los más profundos problemas de la vida moderna manan de la pretensión del individuo de conservar la autonomía y peculiaridad de su existencia frente a la prepotencia de la sociedad (.. .)"[2]. Con esta intuición central el problema se transforma, entonces, en cómo el fenómeno de las grandes metrópolis amenaza con sacar al individuo humano de su propio centro, cómo impide la plenarealización de sus impulsos y motivaciones más hondas, o, por el contrario, cómo la posibilita o potencializa.
El diagnóstico de Simmel termina siendo paradójico, casi en el mismo sentido en que es paradójico aquel trajinado verso de Hölderlin que afirma "allí donde crece el peligro crece también la salvación". El peligro, Simmel empieza a develarlo fiel a su idea orientadora, partiendo desde la...
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