el si de maria
María es un alma de aceptación: Pasó por el susto, la sorpresa y la alegría del llamado como tú. Dijo sí con unas palabras hermosas que eran su fórmula de consagración:"He aquí la esclava del Señor..." En esas palabras había entrega total, confianza plena, amor muy hondo...¿como tú?
Alma que alimentaba el amor y vivíadel amor en su vida.
Una lámpara en que reponía el aceite, una hoguera en que renovaba la leña para alimentar la llama. El aceite era la oración rica, jugosa, apasionante...¿cómo tú?. Y el sacrificio por amor la leña de la hoguera. Todas las cosas que hacía llevaban un sello: Amor a Dios. Todo era razón y motivo para amar: una escoba, un puchero, un cántaro.¿Para ti también?
Vivía de amor; era surespiración, su vida, su sentido. Sin el amor a Dios, a su hijo, a san José, a las almas, su vida no era nada... ¿cómo tú?
Y María era feliz en medio del dolor, del trabajo, de la sencillez de su vida. ¿Cómo tú?
Alma que de su consagración hizo su vida, su por qué, su alegría.
Demostró que una vida entregada a Dios por amor es una vida hermosísima, muy valiosa, muy rica, digna de imitarse. Túeres uno de esos imitadores, imitadoras... Tienes que seguir demostrándote a ti y al mundo que tu vida dedicada a Dios y a los hombres es muy hermosa, valiosísima, riquísima, digna de vivirse e imitarse.
No he venido a ser servida sino a servir.De tal palo tal astilla, o de tal astilla tal palo. El hijo y la madre tan parecidos, no sólo en la cara sino en la vida. Dos vidas paralelas.
Dospersonas que vinieron a inaugurar una nueva forma de vivir: No la del egoísmo, sino la de la generosidad y la entrega. El que no vive para servir, no sirve para vivir.
María es un sí a Dios, un sí a Jesús y un sí a los hombres.
Un sí a Dios: Hágase en mí según tu palabra. Pero no una vez o por un rato, sino en todas las oportunidades y siempre. María el encanto de Dios. Mirarla es sonreír. La únicacriatura que ha agradado a en todo y siempre a Dios. Hermana nuestra, intercesora, pararrayos. Nuestra raza ha producido monstruos horrendos. Pero la figura de María le cura a Dios de todas las heridas que le provocan los hombres.
Un sí a Jesús: Soy tu madre, tu compañera, tu sostén hasta la muerte. Lo tuvo en brazos cuando era un bebé desvalido, lo defendió de la espada de Herodes, lo acompañó ensu vida pública con su oración y fortaleza: Jesús hombre, el Siervo de Yahvé incomprendido se cobijó a la sombra reconfortante de María, encontrando el único alivio en la tierra, porque su padre lo “abandonó en la tierra”. “Dios mío, Dios Mío, ¿por qué me has abandonado?”
María cuidó de un hijo de Dios “abandonado” por el Padre y perseguido por los hombres. Es difícil imaginar hasta qué punto...
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