El Sueño De Una Noche De Verano Acto 1 Escena 1

ACTO PRIMERO
ESCENA I

La entrada del palacio del conde TESEO. A un lado una pequeña plataforma con dos sillas de estado, al otro lado una chimenea; al fondo puertas a derecha e izquierda, la pared que la separa da paso a un recibidor.

TESEO e HIPÓLITA entran y toman asiento, seguidos de PILOSTRATO y unos ayudantes.

TESEO.— Ahora, bella Hipólita, nuestra hora nupcial se acerca:cuatro días felices faltan para el cambio de luna, pero, oh, me parece que esta luna tarda mucho tiempo en dar paso a lo que viene, retrasa mis deseos, como a una madrastra, o a una viuda, que marchitan mucho tiempo las rentas de un joven.
HIPÓLITA.— Cuatro días darán paso rápidamente a cuatro noches: durante esas cuatro noches el tiempo pasará rápido y luego la luna, como un lazo de plata reciénhecho en el cielo, contemplará la noche de nuestras solemnidades.
TESEO.— Ve, Filostrato, haz que hierva la alegría en la juventud de Atenas, despierta el animado espíritu de la alegría, arrincona la melancolía sólo a los funerales: la compañera pálida no es buena compañera en nuestro festín. (FILOSTRATO se inclina y se va.) Hipólita, te cortejé con mi espada y conquistaré tu amorhiriéndote, pero me casaré contigo de otra forma, con pompa, con triunfo y con celebraciones.

Entra EGEO, llevando a su hija HERMENIA del brazo, seguido por LISANDRO y DEMETRIO.

EGEO.— (Saluda con una reverencia) Que felicidad sea con vos Teseo, nuestro renombrado duque.
TESEO.— Gracias, buen Egeo. ¿Qué noticias traes?
EGEO.— Vengo lleno de vejación, con quejas contra mi niña, mi hijaHermia. Adelantaos, Demetrio. Mi noble señor, este hombre tiene mi consentimiento para casarse con ella. Adelantaos, Lisandro. Mi cortés duque, este hombre ha embrujado el corazón de mi hija. Tú, tú, Lisandro, tú les ha recitado rimas y ha intercambiado regalos de amor con mi niña: a la luz de la Luna has cantado a su ventana, con fingida voz, versos de fingido amor y has robado la impresión de sufantasía con prendedores de cabello, anillos, chismes, tonterías, fruslerías, naderías, ramilletes, mensajes de fuerte prevalecer en la débil juventud. Con astucia tú has robado el corazón de mi hija y has convertido su obediencia, que me debe a mí, en terca esperanza y, mi bondadoso duque, si aquí ella no consiente en dar su asentamiento para casarse con Demetrio, ante vuestra gracia pido elantiguo privilegio de Atenas: como ella es mía, yo no puedo disponer de ella, que será o de este caballero o de la muerte,, y que sea de acuerdo con nuestra ley, inmediatamente provista en este caso.
TESEO.— ¿Qué decís vos, Hermia? Escuchad este consejo, bella doncella. Para vos, vuestro padre debería ser un dios, el que dio forma a vuestra belleza, uno para el que vos no sois más que una forma ocara impresa por él y en cuyo poder está el dejar esa forma o cambiarla. Demetrio es un buen caballero.
HERMIA.— Lisandro también lo es.
TESEO.— Lo es, pero, según lo que dice vuestro padre, el otro debe ser mejor.
HERMIA.— Quisiera que mi padre pudiera ver a través de mis ojos.
TESEO.— Más bien tus ojos deben mirar por su juicio.
HERMIA.— Ruego a vuestra merced que meperdonéis. No sé qué poder me otorga este valor, ni cómo se puede alterar mi modestia ante tal presencia para expresar aquí mis pensamientos, pero ruego a vuestra merced que me diga lo peor que me puede ocurrir en caso de que rechace casarme con Demetrio.
TESEO.— O bien la muerte o renunciar por siempre a los hombres. Así pues, bella Hermia, cuestionad vuestros deseos, planteaos vuestrajuventud, examinad bien vuestra sangre y ved si, de no ceder a la voluntad, podéis soportar la vida de una monja, por siempre estar encerrada en un oscuro claustro, vivir como una hermana estéril toda vuestra vida, cantando débiles himnos a la fría, infructuosa Luna; tres veces benditas aquellas que controlen su sangre de tal forma, para seguir adelante en un peregrinaje de doncella, más terrenamente...