El transporte colectivo

“Busero” no me pongo, “busero” es mi color…

En el submundo del transporte, pero no por rebajarlo, sino por independizarlo de todo lo conocido, lo real y lo imaginable, te encuentras conmaravillas.

Dejarte llevar por un “bus” de El Salvador debería ser cobrado como una atracción de parque de diversiones.
Las luces centelleantes, los alerones imposibles colocados en la parte posterior delargos autobuses escolares que, mucho tiempo atrás, pintados de color amarillo óptico viajaban a velocidad moderada, ahora son atracciones de circo rompiendo la barrera del sonido, por las calles de SanSalvador. Y digo esto porque las cornetas que les han colocado y que utilizan en cada esquina y cuando se le echan encima a cualquier pobre automovilista, seguramente pertenecían a algunalocomotora. Si te toman desprevenido con seguridad fulminante quedarás con presión alta y con sordera por al menos tres días.

Todos llevan a Cristo por delante y por detrás, “Cristo es mi guía”, y debe ser,porque el letrero ocupa todo el parabrisas; “Cristo me salva”, “Cristo perdona”… los que no perdonan son los conductores, ay de quien les obstaculice el camino, cuando a media calle pisan elacelerador al máximo para luego virar inopinadamente a dos metros de la esquina, ocupando tres carriles de la avenida “para bajar como se debe al pasajero”.

Cosa que en realidad es “escupir al pasajero”,quien no habiendo puesto el primer pie a salvo en la calle, siente que su pierna gemela se ha ido inevitablemente con el rugir del monstruo. Y si llevas paquetes, Dios te libre, al abrirse las puertasy al menos ver claro el lugar en donde caerás, deberás arrojar con fuerza tu cargamento y tirarte en pos de él en heroico salto, antes de que el “hipopero” conductor considere que tu espíritu hacruzado el umbral de su morada y decida acelerar hecho un demonio. Pobres viejos, los “buses” son para los jóvenes e intrépidos.

Cuando se reúnen los conductores el fin de semana ¿se ponen de acuerdo...