El umbral
Páginas: 4 (782 palabras)
Publicado: 15 de octubre de 2009
EL UMBRAL
¡Mario! ¡Mario! ¡Mario!,¡¡ayúdame por favor!
Mi alma corría hacia ella, todo en mi corría hacia ella. Mi cuerpo en cambio no respondía; mis músculos estaban quietos, un gran dolor quese derramaba en mi desgarrando el silencio preñado de angustia. Mis ojos estallaron en lágrimas heladas como pedacitos de nieve, la impotencia tejía nudos en mi garganta, mi saliva era sábila y enmis ojos, sus ojos se clavaban más y más en lo hondo. Sus gritos de ayuda y mi nombre entre ellos.
¡Mario! ¡Mario! ¡Mario!, ahora era distinto, su voz era mansa; de pronto una fuerza como el caudalde un río me atrapó y me empezó a arrastrar, en segundos desapareció de mi,… fluía hacia lo que mi oído escuchaba.
Desperté confundido, ella estaba a mi lado -me asustaste- me dijo, -que pasó,parece que estabas soñando, debiste tener una pesadilla, balbuceabas y llorabas- me di cuenta que mis lágrimas eran reales, el agua tibia refrescó mis sienes y mientras cogía el cepillo evoqué la imagende sus ojos desgarrados pidiéndome ayuda, -que extraño, ojala todo este bien- mascullé sutilmente.
-Entonces vamos a viajar siempre - ¿cómo si vamos a viajar? - ¡Ah, verdad! ¿Qué día es hoy? -Es 27-, - ¡Sí!, hoy es el viaje, ¡que rápido pasa el tiempo!- - Y nos hacemos viejos – agrego - De eso nadie escapa - La vejez es un estado del alma el derrotismo, el pesimismo te hacen viejo, haytantos que, ya nacen así. Me contradigo. Solo de la muerte no hay escape -nuevamente agrego.
Antes de irme miro sus ojos, su claridad me da seguridad y mucha energía, debo regresar pronto,saldremos a las tres; sus pestañas la ocultan de mis pensamientos, que aún la ven como un eco del sueño que aún no olvido.
Abordamos; hizo su oración de siempre, -nadie muere en la víspera- escuchodecir a alguien que no identifico, la tarde cae como la temperatura, son las tres y diez y se siente frío. Noto que el asiento tiene el número 27, hoy 27, 27 años, ¿significará algo?.. mi mente...
¡Mario! ¡Mario! ¡Mario!,¡¡ayúdame por favor!
Mi alma corría hacia ella, todo en mi corría hacia ella. Mi cuerpo en cambio no respondía; mis músculos estaban quietos, un gran dolor quese derramaba en mi desgarrando el silencio preñado de angustia. Mis ojos estallaron en lágrimas heladas como pedacitos de nieve, la impotencia tejía nudos en mi garganta, mi saliva era sábila y enmis ojos, sus ojos se clavaban más y más en lo hondo. Sus gritos de ayuda y mi nombre entre ellos.
¡Mario! ¡Mario! ¡Mario!, ahora era distinto, su voz era mansa; de pronto una fuerza como el caudalde un río me atrapó y me empezó a arrastrar, en segundos desapareció de mi,… fluía hacia lo que mi oído escuchaba.
Desperté confundido, ella estaba a mi lado -me asustaste- me dijo, -que pasó,parece que estabas soñando, debiste tener una pesadilla, balbuceabas y llorabas- me di cuenta que mis lágrimas eran reales, el agua tibia refrescó mis sienes y mientras cogía el cepillo evoqué la imagende sus ojos desgarrados pidiéndome ayuda, -que extraño, ojala todo este bien- mascullé sutilmente.
-Entonces vamos a viajar siempre - ¿cómo si vamos a viajar? - ¡Ah, verdad! ¿Qué día es hoy? -Es 27-, - ¡Sí!, hoy es el viaje, ¡que rápido pasa el tiempo!- - Y nos hacemos viejos – agrego - De eso nadie escapa - La vejez es un estado del alma el derrotismo, el pesimismo te hacen viejo, haytantos que, ya nacen así. Me contradigo. Solo de la muerte no hay escape -nuevamente agrego.
Antes de irme miro sus ojos, su claridad me da seguridad y mucha energía, debo regresar pronto,saldremos a las tres; sus pestañas la ocultan de mis pensamientos, que aún la ven como un eco del sueño que aún no olvido.
Abordamos; hizo su oración de siempre, -nadie muere en la víspera- escuchodecir a alguien que no identifico, la tarde cae como la temperatura, son las tres y diez y se siente frío. Noto que el asiento tiene el número 27, hoy 27, 27 años, ¿significará algo?.. mi mente...
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