Emilio Carballido

Instantes con Emilio Carballido
José Ramón Enríquez

Rosa de dos aromas, Fotografía en la playa y Te juro Juana que tengo ganas, son algunas obras, entre muchas otras, que forman parte del legado de Emilio Carballido. José Ramón Enríquez nos ofrece un retrato hablado del entrañable autor veracruzano.
La última vez que vi a Emilio Carballido fue el año pasado en el Restaurante Amaro, eseespacio que mantiene Olguita Moguel donde fuera la casa de Andrés Quintana Roo, en el corazón de Mérida. Había venido con Héctor, su pareja, al estreno de Fotografía en la playa y al homenaje que le rindieron los estudiantes de teatro de la Escuela Superior de Artes de Yucatán. Yo no lo había visto después de su embolia y suponía una imagen completamente distinta. La de un hombre en silla de ruedas,devastado, inmóvil de medio lado, lento para pensar y con dificultades para hablar. En realidad no estaba así en absoluto Carballido. Obviamente estaba disminuido y con dificultades, pero todo superado por la brillantez de siempre, la picardía inacabable y la voluntad de estar en todo. En el homenaje de la ESAY se me pidió que lo entrevistara. Con preguntas sobre momentos específicos que lepermitieran echar a volar la memoria habló y habló. Nos trasladó al cuarto de azotea de Sergio Magaña, sesenta años antes, donde hicieron teatro por vez primera. Nos relató la forma en que Novo escogió Rosalba y los Llaveros después de pelearse con V llaurrutia por el tono i de la obra que éste escribía para Bellas Artes. Uno de tantos pleitos fraternales de esos dos Contemporáneos cuyo paso por lacultura mexicana fue invaluable, desde el sudor más íntimo de la moral hasta los vuelos más elevados de la poesía angélica. Habló de su visión del actor frente al texto, siempre de sus propias experiencias teatrales, y de otros temas que encantaron a los muy jóvenes estudiantes que podían ser sus nietos y que, sin embargo, conocían de forma directa su obra. La habían actuado en algún Cedart, les había se rvido para algún ejercicio, habían visto una puesta reciente o la habían analizado en clase de literatura. Carballido comprobó, por si le hiciera falta, que era el autor más reconocido y representado del teatro mexicano, aunque, en su muy especial estilo fishing for compliments, declarara ahí mismo lo contrario.

10 | REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE MÉXICO

INSTANTES CON CARBALLIDO

Fue enesa conversación del Amaro en donde pidió a Paco Marín que dirigiera a Elena Larrea en su reciente Luminaria, una obra que escribiera para Rosa María Moreno, esa legendaria discípula del maestro Novo, cuyo talento llenó los escenarios. Se esperaba, inclusive, que Carballido viniera a la temporada que tendría Luminaria próximamente. Pero también se habló del estreno de Paco Marín con otra obrasuya, quizá la mejor para muchos analistas, Fotografía en la playa. Yo interpreté el papel de Héctor, el escritor que vuelve a encontrarse con la familia y con el sabor de la vida privinciana. “Sólo que era más joven”, me dijo Emilio por lo bajo al felicitarme por mi atrevimiento. Y claro que lo era. Héctor era él, en sus inicios, en su retorno a la casa de su abuela venerada. Pero, finalmente, era élmás allá del tiempo, entonces y ahora, y lo seguirá siendo las múltiples veces que se monte ese clásico en que se ha conve rtido ya la obra. La voz de Héctor es la voz de Carballido, directa y franca, no sólo asumiendo su propia sexualidad, sino definiendo la relatividad del tiempo y del espacio. Porque Fotografía en la playa es, sobre todo, la más moderna entre sus obras. Es también la crónicade un instante, como dijera Elizondo de su Farabeuf. Plástico y esférico, el instante se puede expandir y constreñir, de acuerdo con la física moderna, para permitir a HéctorCarballido volver siempre al punto primigenio. Casualidad magnífica el que su compañero, con el que registró la primera sociedad de convivencia de un homosexual mexicano famoso, se llame precisamente Héctor. El tiempo...