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LO QUE PUEDE OCURRIR CUANDO SE BARRE DE NOCHE


Encerrados desde la seis de la tarde hasta las seis de la mañana del día siguiente, la noche carcelaria era insoportablemente larga. Además, si se dormía de día, como solíamos hacerlo a menudo, era natural que en la noche no tuviéramos sueño. Una noche larga y sin sueño, en la cárcel, puede ser una puerta abierta a la locura. Entonces, hayque ocuparse, hay que hacer cualquier cosa, y si es posible útil, a fin de no pensar. Nada es más peligroso que abandonarse a los caprichos y a la seducción del pensamiento, entre las cuatro paredes de una celda.
Una de esas noches, exactamente la del 2 de agosto de 1968, cuando ya había regresado al Sexto, tuve la ocurrencia, insólita, de ponerme a barrer.

-- ¡Pero qué estas haciendo,animal!, me dijo Mario enfurecido. ¿No sabes acaso que barrer de noche trae mala suerte?

Este exabrupto, en lugar de enojarme, me hizo reír, y seguí barriendo sin responder.

-- ¡Cómo puedes ser tan bestia!, siguió protestando Mario, un poco más calmado, sabiendo que de todas maneras no conseguiría disuadirme. ¡¿No te das cuenta que vas a jodernos a todos?! Ahora estoy seguro,absolutamente seguro, que va a pasar algo. ¡Y algo grave! Vas a ver. ¡De repente nos postergan el juicio! ¡O nos va a ocurrir una desgracia! ¡De eso estoy seguro! ¡Y todo porque a ti se te ha ocurrido la estúpida idea de barrer de noche!

Cuando terminé, intenté explicarle que eso de barrer de noche, o de pasar debajo de una escalera, o de ver un gato negro cruzar la calle delante de nosotros, nopodía traerle mala suerte a nadie. Que ésas eran creencias muy arraigadas en la gente, que sin duda venían de lejos, de la Edad Media, pero que eran sólo el producto de la ignorancia.
Le dije todo esto aun sabiendo que sería en vano.
Mario era, en efecto, lo que llamábamos, un camarada fuera de serie.
Cuando lo conocí, en la prisión, tendría apenas unos treinta años y era, sindiscusión, uno de los más antiguos militantes insurreccionales de la época.
Su carrera la había comenzado en las filas de un grupo armado que, en 1963, había intentado invadir el territorio peruano, desde Bolivia. Este grupo se enfrentó a la policía en las inmediaciones de la ciudad de Madre de Dios y, en esos breves combates, fue asesinado el joven poeta peruano Javier Heraud.
Mario,nuestro personaje, había sido también herido en esa ocasión. Una bala le había rozado la cabeza y le había dejado un pequeño surco donde no volvió nunca más a crecerle el pelo.
En la prisión, por lo general, cuando se contaban experiencias como ésas, de alto contenido dramático, todo el mundo escuchaba en un silencio casi religioso, tratando de imaginarse mil cosas, como la reacción o elrol que uno mismo hubiera podido jugar en la circunstancia.
Con Mario, esta solemnidad era imposible. Tenía una manera tan particular de contar las cosas que todos terminábamos, más temprano que tarde, desternillándonos de risa.


Mario había sido captado cuando tenía apenas sus veinte años. Según me dijeron, trabajaba como ayudante de los camioneros que llevaban mercaderías a laselva, de donde él era originario. Por esa época, era analfabeto. Como tantos otros jóvenes, por razones esencialmente económicas, no había tenido nunca la ocasión de poner sus pies en una escuela.
Los que le enseñaron a leer y a escribir fueron los cubanos, cuando la organización, que no era la nuestra, lo mandó a La Habana a seguir los cursos de entrenamiento militar. Él fue uno de losprimeros. Allí, en pocos meses, Mario hizo una carrera meteórica, transformándose de alumno de un curso de alfabetización en instructor militar, nada menos que en el dominio de explosivos.
En el Perú, en efecto, fue luego y por muchos años, sin ninguna duda posible, el técnico civil más calificado en la materia.
Esta circunstancia, de haber sido instructor, sobre todo de aquellos que...