Ensayo antropologicon literario

Proyecto ideo-constructivo.
Hacia la construcción de ensayos históricos
con enfoque antropológico y literario

La meseta nos mira

La meseta nos mira; como un gigante despierto, nos acecha; como un fortín, emplazado sobre varios cortes geológicos que levantan su faz al sur y al oriente, nos protege; sobre pilares pétreos su verde rostro se eterniza; el valle nos siente con su verdinegrapiel y posa su mirada de enraizadas y suaves colinas sobre nosotros, llenos de ocotales gigantescos y de fuertes robles de corazón negro, y nos teme, como una esfinge, orgullosa y engalanada con árboles de gruesa y vertical estampa, la meseta nos enfrenta. Sabe que la necesitamos.

De las alturas de la montaña y los declives de agreste serranía, brota una inmensa variedad de vida vegetal quese observa desde lo alto como un paisaje de selva. La bella vista de la llanura es un emplazamiento de la era mesozoica, formada justo al terminar el periodo cuaternario (periodo en que, al transcurrir el tiempo, las caprichosas tierras continentales desplazaron las aguas para dejar tan solo la cintura de América llamada Centroamérica) es una mesa que se levanto entre cataclismos para serun emplazamiento de vigía, como el eterno mirador de las tierras bajas. Es la mesa siempre enamorada de las estrellas y del cielo límpido. Es, para la historia de los vencidos, el adoratorio soñado por Copilli, el valle tetragonal, el espacio sagrado que busco afanosamente el hijo predilecto de los antiguos nahuas.

La vida volcánica del valle decidió la tranquilidad, y en suave remanso tomovida como diosa del monte y de las aguas evidentes y subterráneas. Desde su alto espacio geográfico, fue testigo de las más fuertes erupciones volcánicas que lanzaron tierra mineralizada con abundancia de oxido ferroso y ceniza, que luego se apelmazó en una masa roja y compacta donde solo pudieron sobrevivir las semillas fuertes y de recio y vigoroso futuro. La superficie del valle recibiólluvia tras lluvia de ceniza y lodo rojo que barbotaron las bocas vecinas y apelmazo esas sustancias para la construcción de su suelo al mismo tiempo que fue construyendo la belleza de su imagen. Con el ojo único de jade que mira al infinito, con su histórico barbotar de vena abierta, formada entre derrumbes, con su herencia de agua impredecible, misteriosa y profunda; el valle se afirma con suvocación de babel.

Sobre la tierra lograda germinaron y crecieron los fuertes robles que se hicieron viejos en el paso de los tiempos; los cedrales, de madera roja y blanca asentaron sus raíces en la tierra fría y la espesa vegetación de liquidámbar abarco territorios imponentes. Mas, entre ellos, los grandes ocotales señorearon el paisaje como una inmensa población de flechas atacando al cielo.Entre los árboles de agua, la fauna silvestre cobijo sus amoríos; entre animales salvajes, los venados abrevaron; entre aves carnivoras, las palomas abundaron, y las serpientes nadaban entre las sombras que las nubes proyectaban sobre el agua. Una extensa variedad de vegetales de tierra húmeda invadió la mesa geológica rodeando al ojo que ya se había protegido con árboles de tierra húmeda.Aquellos gigantescos arboles, ojos del agua, muestran ahora su muerta reciedumbre. Erguidos como agujas que se duelen, Y evidentes como la muerte, se muestran con sus troncos negros en imagen de tristeza.

En la prolongación de los espacios, mas allá de la meseta, justo al nororiente, se irguieron las montanas de konomo, los altos vestigios de la fuerza descomunal con que se encuentran la capa denazca y la capa norteamericana con la cuña del caribe. Tales macizos gigantescos de la superficie terrestre, levantadas en la violencia de la historia geológica, son testigos de un admirable comportamiento interno de la tierra, y nosotros, sobre la involuntaria capa del caribe, nos convertimos en viajeros sin voluntad, hacia el atlántico. En la subducción de nazca y el escape del caribe sobre...