Ensayo sobre cine
Aldo Massa, Luis Eduardo Campos y su servidor, Jorge Pablo Correa González, nos reunimos el día jueves 31 de mayo nada más para charlar. Aldo y yo habíamos visto lapelícula ¿Y tú cuánto cuestas? (ver: http://jorgepablo.blogspot.com/2007/06/tres-peliculas-y-un-libro.html), documental del famoso Olallo y empezamos a discutirla. Él la veía de una forma más benévola encomparación con la mía. Sin embargo coincidimos en que el lenguaje cinematográfico era pobre. De ahí empezó todo.
El cine (por lo menos el cine comercial, no así las propuestas artísticas) se hatrabado en un juego predecible en donde las historias ya no son llamativas --la escuela hollywoodense así lo ha querido y prefiere sustentarse en la fuerza de sus efectos visuales y una buena campañade publicidad-- y la forma de contarlas, menos. Los mismos encuadres, los mismos juegos de imágenes, el lenguaje cinematográfico ha caído en una serie de lugares comúnes que parecen ya no caminar hacianingún lado.
En el muy particular caso del cine mexicano, el que se exhibe en las salas y que está disponible para un público masivo, además de este pequeño problema, también queda por resolverseel de la temática. La temática del cine mexicano siempre es la misma: comedias o thrillres sin chiste de un corte muy gringo que no queda gringo y se queda en el limbo de lo mediocre, o dramas crudosy traumáticos, en donde el director quiere mostrar "la realidad" y termina por decirnos lo mismo que saldría en la Prensa o en los noticieros de TV Azteca --como dijo Ramón Fregoso, lo importante esel raiting y por eso vale más la noticia amarillenta con tintes rojos que nos da un anaranjado espeluznante a una noticia de cualquier otro color-- pero eso sí, con más sangre y escenas "sin tapujos"."¿Qué quieres? Así es la realidad", me dirán. Yo digo, "¿Y qué propones para resolverla?". Las conclusiones a las que llegamos ese día fueron muy claras. En primer lugar, se deben generar...
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