Ensayo sobre el destino

ENSAYO SOBRE EL DESTINO
Desde que el hombre comienza a organizarse socialmente en comunidades, durante tiempos prehistóricos, también comienza a tener conflictos de intereses con sus semejantes, ya que nuestra propia naturaleza en cuanto seres humanos, nos lleva a buscar una mejor posición dentro de nuestros grupos sociales, ya sea mostrando mayor fuerza o mayor habilidad para realizarciertas actividades propias de los tiempos particulares. Estas organizaciones humanas, al tiempo que avanzan en su complejidad van presentando, en base a la necesidad de un control sobre la dispersión de las voluntades, las primeras gestaciones de autoridad. Estas representan formas muy básicas de instituciones reguladoras del comportamiento y de la moral, en relación a las actividades permitidas porsus particulares grupos sociales, y de acuerdo a sus necesidades y tendencias económicas. Por lo que cada grupo humano va desarrollando distintas estructuras de poder y de control en la medida en que las va necesitando y en que es capaz de asimilarlas dentro de su particular mundo ideológico.
Diversas son las relaciones y las necesidades que como seres humanos establecemos entre nuestrasdiferentes formas de ver y entender la vida, y el mundo que es expuesto ante nuestros ojos. Probablemente esta diversidad proviene precisamente de ese mundo que nos rodea y del cual nos resulta tan difícil entender los misteriosos patrones que sigue dentro su intrínseco funciona- miento, para crearnos una idea del lugar que verdaderamente ocupamos en el curso de los eventos de una humanidad que, enteoría, está en una constante evolución y que nos impone restricciones sociales sustentadas en valores experimentadamente universales que nos sirven para lograr una convivencia armoniosa, o por lo menos eso llegamos a creer. Realmente el constreñir nuestros actos en pro de una buena convivencia y un desarrollo comunitario, son garantía de una evolución general, y específicamente en ese sentido deemancipación frente a la violencia y las formas, indestructibles hasta ahora, de explotación, o simplemente son consecuencias de un desmedido interés sobre los intereses de los demás.
El siempre presente argumento de una necesidad implícita en la humanidad de ser llevada de la mano, por quienes se creen capacitados para esta tarea, mediante medidas restrictivas de nuestros actos o sustentados eneternas leyes naturales que obedecen a designios divinos, hacia una sana y civilizada convivencia, porque nosotros mismos somos incapaces de llegar a un inalcanza- ble autocontrol de nuestros fatales y siempre presentes instintos animales que nos delatan como especímenes dependientes de la mano invisible de una fuerza creadora y siempre omnipotente, nos lleva a pueriles creencias de que nuestrosactos son una serie de eventos desafortunados promovidos por una fuerza natural que actúa en contra de nuestras buenas intenciones. A caso la naturaleza por sí sola tiene realmente una intención, o somos los humanos los que le damos un sentido real y una dirección específica a nuestro destino, descubriendo nosotros mismos la forma de independizarnos de esa necesidad de adjudicar responsa- bilidadesa cuestiones sobrenaturales que interfieren en nuestro comportamiento.
Esa fuerza natural que nos gobierna y en ocasiones nos agobia con esa mano invisible que todo lo cubre, nos permite realmente ser artífices de nuestra propia vida, o ésta permanecerá siempre supeditada incondicionalmente a su desconocida voluntad que, al parecer, nunca actúa en contra de los intereses del género humano.Ésta incertidumbre pone en entredicho la, tan mencionada, libertad de la voluntad terrenal, es decir, humana. La libertad de actuar en acuerdo a su libre albedrío, o realmente no es tan libre como se quiere creer, o, sí lo es, pero nos es dada bajo condición de obediencia a ciertos parámetros establecidos por razonamientos humanos derivados de diversos intereses creados por nosotros mismos en...