Ensayo sobre la Libertad
Sirva como ejemplo las mismas palabras que Kant refiere en el Prólogo de la segunda edición [Ak. 111, 25,29 -26,6; Ed. Alfaguara (P. Ribas), pág. 34]. En efecto, a propósito de las dificultades que se hicieron a la primera edición de su «Crítica de la razón pura» y ante la imposibilidad de contestar a todas las que puedansurgir, nos dice: «Por mi parte, no puedo de ahora en adelante, entrar en controversias, aunque tendré cuidadosamente en cuenta todas las insinuaciones, vengan de amigos o adversarios, para utilizarlas, de acuerdo con esa propedéutica, en la futura elaboración del sistema. Dado que al realizar estos trabajos he entrado ya en edad bastante avanzada (cumpliré este mes 64 años), me veo obligado aahorrar tiempo, si quiero terminar mi plan de suministrar la Metafísica de la naturaleza, por una parte, y la de las costumbres, por otra, como prueba de la corrección tanto de la Crítica de la razón especulativa, como de la Crítica de la razón práctica y confiar a los meritorios hombres que han hecho suya esta obra, la aclaración de sus oscuridades casi inevitables al comienzo, y la defensa de lamisma en su conjunto.» en la «Fundamentación» pasa Kant de la moral popular o «vulgar», al conocimiento filosófico, también popular, y de éste a la «Metafísica de las costumbres», y de ésta a la «Crítica de la razón práctica». O dicho de otra manera, de la presencia de una «buena voluntad», que conlleva la manifestación de la ley moral mediante el «imperativo categórico», se pasa a la consideraciónde su «posibilidad» y formulación de sus leyes, para al fin mostrar el sentido último de la libertad inteligible, de la que la Ley moral es su máxima expresión. Libertad pura que es voluntad racional, libre de toda otra ley o autoridad que no sea la que la razón práctica se da a sí misma de modo inmediato y categórico. Desde esta pureza se puede emprender la crítica a toda otra «razón práctica»que pretenda determinar la voluntad por otros motivos y establecer en la «dialéctica» las consecuencias prácticas («postulados») que se implican en la consideración de aquélla. El sentido absoluto y universal habrá que buscarlo allí donde el «ser» se identifica con lo que «debe ser» y en cuanto «debe ser», es decir, en la «praxis racional», en esa libertad, cuya realidad constituye, en palabrasdel mismo Kant, «...la piedra angular de todo el edificio de un sistema de la razón pura, incluso de la especulativa, y todos los demás conceptos (los de Dios, lainmortalidad) que como meras ideas permanecen sin apoyo en la razón especulativa, se enlazan con él y adquieren por él consistencia y realidad objetiva». [cfr. cita (1)].
Ya tendremos ocasión de ver que la «razón práctica», razón por...
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