Ensayo sobre la marihuana

Y luego de tener un encuentro con María, debo ir a escribir mis ensayos de Actuación I y Expresión Oral y Corporal I. De alguna forma y por alguna razón doy vueltas sin sentido que parecen llevarmea mi destino: la sala de computación del pabellón Z. Entre facultades y facultades veo rostros familiares que por razones no muy obvias ni para mí, no tengo ganas de saludar. Finalmente llego a mipabellón, y al acercarme a las puertas del salón de cómputo observo que ambas están ocupadas por clase. Sin embargo, no me importa mucho; me importa más poder encontrarme con algún rostro que,definitivamente, tenga ganas de saludar. Y mi objetivo a corto plazo se cumple: por allá van Silvana y Janeth, amigas del popular grupo sectario-femenino-machista-expertoenbullying “Las Gatitas”. Janeth me veacercarme y me dice que es propicio del momento y adecuado felicitarme por mi nuevo y escultural-sigosiendounpalo cuerpo (que, de todas formas, es un gran logro ante las fotos de una langostadesnutrida a quien conocían como Carlos Arata.
De hecho, el reconocimiento al esfuerzo me motiva, me reconforta ante las dudas que tenía de si la gente había verdaderamente notado el cambio. Tras una brevecharla, me doy cuenta de que debo seguir con mi nuevo camino hacia los salones de cómputo de McGregor. Me despido de estas dos mamacitas del Andahuaylas y salgo del Z. Y nuevamente, respondiendo elcielo una vez más a mis plegarias (ya saciadas) en su manera de decir “¿querías estar menos foreveralone? Ahí está pe conchetumare” me encuentro con Thalía y Macarena, bellas personas de buen alma – perocon un lado oscuro casi caricaturesco. Y yo, sanaso que soy y aun sabiendo que mi cuota de compañía ya estaba satisfecha, voy y las saludo; después de todo, son mis amigas y las quiero.
Hablamos unrato, seguramente intercambiamos un par de floros para mantenernos a salvo de nosotros mismos, y entre historia e historia me doy cuenta de que nuevamente estoy perdiendo mi tiempo, y mi cerebro me...