ensayo
A mediados de 1961, Gabriel GarcíaMárquez, su esposa MercedesBarcha y su hijo Rodrigo, de escasos meses de nacido, llegaron a Nuevo Laredo para tomar el tren “El Águila Azteca” que los llevóa la Ciudad de México.
El escritor colombiano venía de Nueva York, donde acababa de dejar su trabajo como periodista de la agencia de noticiascubana Prensa Latina y viajaba con muy poco dinero en la bolsa, apenas con lo indispensable para costear el viaje de él y su familia.
Al llegar aNuevo Laredo, García Márquez comió en el restaurante “Alicia”, que se encuentra sobre la avenida Guerrero a unos cuantos pasos del Puente InternacionalI, por donde cruzaron a pie.
Ahí, relata, comió un caldo de res con arroz y siguió su camino hacia el sur.
En su libro Vivir para contarla, elescritor registra su tránsito por esta frontera, habla de la impresión que le causó esta ciudad que definió como de un “estilo western” y delcomentario de su esposa sobre la comida que probó en el restaurante “Alicia”.
“En un restaurante comimos un arroz a la mexicana y Mercedes dijo: yo no mevoy de un país que hace un arroz así”, consigna en su libro.
Esta anécdota inspiró el nombre que se le dio al espacio cultural “Estación Pala
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