Ensayo
Junto a los millares de muertos instantáneamente y de los que con posterioridad fallecieron de resultas de las quemaduras o de la radiación, se registraron hechos singulares. Por ejemplo, algunos habitantes se salvaron porhaberles sorprendido los efectos de la explosión con vestimenta clara; en cambio, los que vestían de oscuro murieron rápidamente, por la capacidad del color negro de absorber el calor. Esta misma capacidad de absorción de las ondas calóricas por los cuerpos opacos ocasionó otro sorprendente fenómeno: la fotografía atómica. Hombres desintegrados, así como objetos diversos, dejaron su sombra grabadasobre los muros de las paredes en cuya cercanía se encontraban en el momento de la explosión, como hemos mencionado antes. La onda calórica siguió exactamente los contornos de una silueta y la grabó, para siempre, sobre la piedra
El holocausto
Y cuando los supervivientes se recuperaron del horror y los servicios de socorro empezaron a prodigar sus cuidados a los heridos y a losquemados, se produjo la caída de una lluvia viscosa, menuda y pertinaz, que hizo a todos volver los ojos al cielo: el aire devolvía a la tierra, hecho toneladas de polvo y ceniza, todo lo que había ardido en aquel horno personas y cosas - y que las corrientes ascendentes habían succionado hasta las nubes.
Al día siguiente del bombardeo, un testigo presencial que recorrió la ciudad explicó elespeluznante panorama de desolación que constituía la visión de una población arrasada, sembrada de restos humanos que estaban en espantosa fase de descomposición, entre un olor nauseabundo a carne quemada. Una zona de 12 kilómetros cuadrados, en los que la densidad de población era de 13.500 habitantes por kilómetro cuadrado, había sido devastada. La llegada de un grupo de científicos confirmó que elexplosivo lanzado era una bomba de uranio. La energía atómica había entrado en la historia por la puerta del holocausto
Sobreviviente de Nagasaki
Miwa Hiroshi tiene 76 años, y dice que desde hace 59 se levanta cada día temiendo ser uno de los 7.000 japoneses que mueren cada año por las bombas de Hiroshima y Nagasaki. Se lamenta por haber transmitido a su nieto y a su hijo debilidadcongénita por la radiación. Y recuerda que tras la bomba en Nagasaki, el 9 de agosto de 1945, "la gente huía de nosotros, como si estuviéramos apestados".
—¿Usted cree que EE.UU. necesitaba tirar las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki para ganar la guerra?
—No. Cada día los historiadores y todo el pueblo japonés vemos más claro que aquella atrocidad le era innecesaria a Washington para ganarla guerra. Japón ya capitulaba.
—¿Por qué las tiraron?
—Primero, por un frío cálculo: querían probarlas sobre carne humana y nosotros éramos la más a mano que tenían los generales americanos.
—Sabían que sería horrible.
—Sí, pero habían asumido, como el genocida Hitler y el propio y enloquecido Japón imperial que el arma definitiva ya ni siquiera era la atómica: era el terror. La bombadebía ser horrorosa, para ser eficaz mucho después de que estallara. EE.UU. fue en aquel momento un terrorista nuclear. Lo que nos atormenta es pensar ahora que la guerra ya estaba ganada y que ese terror se empleó más allá de los objetivos militares.
—¿Qué perseguía EE.UU.?
—Demostrar su superioridad militar absoluta y advertir a la Unión Soviética.
—¿Cómo lo vivió usted?
—Yo...
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