Enseñar la competitividad desmedida genera una convivencia social inadecuada a las personas

¿Enseñar la competitividad desmedida genera una convivencia social inadecuada a las personas?
Ser competitivo no es del todo malo, ya que nos ayuda a sacar todo nuestro potencial yocuparlo de buena manera beneficiándonos y haciéndonos sentir capaces de que podemos llegar a ser mejor que alguien en alguna rama en específico. Si tomamos en cuenta estos puntos sepodría decir que la competitividad si funciona para la satisfacción propia, pero, ¿Es recomendable siempre ser competitivo? ¿Siempre funciona para bien? ¿Nos afecta en la convivencia conotras personas?
Todo en exceso es malo, y la competitividad no es una excepción. A veces querer ser demasiado competitivo puede cegarte y hacerte cometer un error que puede ser fatal.Pongamos el ejemplo de un niño que desde su infancia ha sido inculcado con los principios de “nunca perder” y “ser siempre competitivo”. Con la exaltación del triunfo que gana estepequeño en cada competencia, éste se sentirá enormemente importante y tenderá a considerar que el hecho de ser el mejor entre sus compañeros lo convertiría en una persona que no comete ningúnerror por lo tanto siempre saldría victorioso, lo cual no significa que sea malo, pero si lo llevaría a perder de vista algunos valores importantes. Es necesario tener en cuenta que,tarde o temprano, llegará también la derrota, y un niño mal acostumbrado no estará preparado a aceptarla, al contrario, el pequeño se sentirá culpable por no haber obtenido el resultadoque era natural para él y que se le fue exigido por los adultos desde pequeño, por lo que al ser un inexperto en el tema, a éste le nacerán frustraciones y aflicciones que lo llevarána sentirse inferior a sus pares, con los relativos traumas sicológicos que acarreará de por vida y en consecuencia le causarían problemas para convivir con las demás personas.