Entrar Y Salir De La Institución: Autovalorización Y Montaje En El Arte Contemporáneo

Entrar y salir de la institución: autovalorización y montaje en el arte contemporáneo Marcelo Expósito
El presente texto se escribió el 1 de octubre de 2006 como respuesta amplia e inmediata (de ahí su “informalidad”) a un breve cuestionario propuesto por una revista electrónica española de crítica y arte contemporáneo. No fue publicado; se reproduce aquí con apenas ligeras modificaciones. Laspreguntas originales han sido sustituidas por epígrafes descriptivos de las temáticas de los diferentes pasajes. Se publicó finalmente en la revista online multilingüe transversal: instituciones progresivas (http://eipcp.net/transversal/0407/exposito/es). El título de este texto parafrasea un importante ensayo del historiador del arte germano-estadounidense Benjamin H.D. Buchloh: "AlegoricalProcedures: Appropriation and Montage in Contemporary Art" (Procedimientos alegóricos: apropiación y montaje en el arte contemporáneo). Escrito en 1982, el influyente ensayo de Buchloh buscaba dotar de un enfoque explícitamente político y de cierta profundidad histórica (retrotrayéndose a ciertas experiencias de politización de la vanguardia clásica como el fotomontaje de John Heartfield) a ciertasprácticas que desde finales de los setenta, y de manera más rotunda durante los años ochenta, se oponían a la hegemonía del mercado en la institución artística —con su énfasis en nociones fuertes de la “obra” y el “artista”— mediante metodologías de apropiacionismo de imágenes y reinvención de los métodos del montaje. La hipótesis, no del todo desarrollada, que subyace en mi escrito, es que losprocedimientos analizados por Buchloh quedaron neutralizados por las nuevas hegemonías en el seno de la institución artística, quedando no obstante incorporados (son, de alguna manera, el punto de partida) de las nuevas formas de politización “desbordante” de la práctica artística que han venido teniendo lugar en sincronía con la trabajosa producción de un nuevo ciclo de luchas cuyos orígenes podemosdatar a finales de los años ochenta y que ha trufado de diversas explosiones la última década. Otro aspecto de mi hipótesis, también sin desarrollar, apuntaría al hecho de que el agotamiento de las prácticas críticas de apropiación y montaje a las que el ensayo de Buchloh buscaba dotar de sentido crítico y político se debió precisamente a su “reclusión” al interior de los márgenes de la instituciónartística, y a la centralidad que dichas prácticas seguían reconociendo a la propia institución que criticaban en tanto que espacio casi único de legitimación y valorización. Algunas nuevas formas de politización de las prácticas artísticas partirían de los presupuestos sentados por estas prácticas críticas previas, para ejercer diversas formas de “desbordamiento”, mediante, también, “entradas ysalidas” y otros procedimientos que niegan, desplazan o relativizan la centralidad de la institución artística como espacio de valorización y legitimación. Procedimientos para los cuales parece pertinente poder aplicar, como aquí se explica, el concepto operaísta de “autovalorización” del trabajo.

Crítica de la división clásica del trabajo artístico No sé si hay algo nuevo que yo pueda decirsobre ese tema, porque la situación me parece bastante evidente: hace mucho que esa división se puede considerar desbordada y superada, aunque seguramente siga detentando una contradictoria hegemonía simbólica y política en el campo artístico. Uno de mis territorios de formación fue el movimiento de vídeo independiente en España durante los años ochenta y primera mitad de los noventa, donde ladesjerarquización de los "roles" tradicionales era casi completa. Resultaba perfectamente habitual que la escritura, la crítica, la organización de actividades, la edición y la publicación, la realización y distribución de las obras, etc., fueran desarrolladas por los propios participantes de la red. No hay por qué atribuir ese fenómeno a una especial conciencia política. Seguramente una explicación...