Entrepasado

Romero.José Luis (1996), “La historiografía argentina en la democracia: los problemas de la construcción de un campo profesional”, Revista Entrepasados. Revista de Historia, N° 10, Bs.As.
El siguiente ensayo refiere a las condiciones académicas, institucionales y sociales de la producción historiográfica en los últimos 11 años y su impulso.
Recuperación de la democracia 1983, luego por lalarga vigencia de las instituciones democráticas y republicanas y por la reestructuración de la sociedad y la economía, han influido en las condiciones.
I.
Para examinar semejanzas y diferencias se deben caracterizar los tres momentos anteriores los “sesentas” (1955-1966), los “setentas” (1966-1975) y la etapa del Proceso.
a) Emerge una renovación historiográfica que recibió ladenominación de “historia social”. Influidas por la llamada escuela de Annales, que combinaba los aportes de la historiografía francesa, de las teorías económicas del desarrollo, al estilo de la CEPAL, de la sociología de la modernización y también del marxismo.
Respecto a la producción, surgieron algunos grandes libros. Se instalaron muchos temas y cuestiones, como el de la inmigración. Pero el impactode la “historia social” se redujo a unos pocos centros universitarios donde su posición fue marginal, el grueso de las universidades seguía predominando el paradigma tradicional de la historia “académica”. La historia tenía una posición secundaria en el conjunto de la renovación de las ciencias sociales, donde el mayor dinamismo se hallaba en la sociología y en la economía.
b) En 1966, conla destrucción del marco institucional que contenía al grupo de la “historia social” y sobre todo con el formidable proceso de politización de la sociedad. Se hacía política leyendo historia, y a la vez se hacía historia pensando en la política.
Fue en ese contexto que creció el revisionismo historiográfico. No solo contribuyo a moldear la conciencia de la sociedad sino que se convirtió enparadigma para quienes querían seguir siendo historiadores profesionales. El resultado fue que una parte considerable del campo profesional, fue ocupado por quienes creían que la historia debía hacerse a la medida de la militancia.
c) Los años del Proceso aclararon algunas cuestiones, los militares arrasaron con vidas, con instituciones, los libros revisionistas desaparecieron y su lugar fueocupado por versiones triviales y pintorescas de la historia. Muchos historiadores marcharon al exilio y completaron su carrera profesional. En ellos la historia social empezaba a dejar de ser una denominación emblemática.
También el vigor institucional de la “historia oficial” en el periodo fue relevante. El CONICET empezó a dedicar recursos considerables a la historia, pero se limito a lahistoria política e institucional, se incorporaron temas de historia social pero sobre todo de historia económica (espíritu arcaico y poco imaginativo). Pese a ello, estos años aportaron una novedad fundamental en el campo del saber histórico: una fuerte profesionalización.
II.
a) Las transformaciones en el campo académico acaecidas con el retorno a la democracia a fines de 1983 tuvieroncierta similitud con las de 1955 y en menor medida con las de 1973. Hubo una irrupción en las instituciones oficiales (universidad, CONICET, áreas de gobierno educación y cultura). Lo específico de esta renovación fue que las convicciones que unificaban y distinguían a los nuevos no se asentaban tanto en lo político como en lo académico.
b) La tarea principal de quienes asumieron laconducción político-académico a fines de 1983 fue instituir los criterios compartidos con los cuales funciona una comunidad académica, sobre los que habría de asentarse la legitimidad de la nueva situación. En el caso de la universidad esos criterios se asentaron en los concursos, donde la selección de profesores era democrático (con dictámenes fundamentados, lo que implicaba evaluar la producción,...