era su primera noche
Se despertó en mitad de la noche, sobresaltada. Había un ruido del otro lado de la puerta. Un ruido como si alguien en el pasillo caminara y jadeara como un perro. Las pisadas iban y venían, iban y venían. Y ese jadeo. ¿Realmente era un jadeo? Era como una respiración agitada y superficial. El niño a su lado seremovió inquieto, y la madre lo meció hasta calmarlo. Tomó el teléfono y discó el número de enfermería.
-¿Sí?- respondió una voz adormilada del otro lado.
-Hola, soy Luisa Machado, de la sala 122- susurró la chica, para no despertar al bebé-. Hay un ruido del otro lado de la puerta… no me deja dormir.
-¿Un ruido?- pareció despabilarse la enfermera-. ¿Un ruido como qué?
-Parece quealguien camina. Va y viene por el pasillo. Y respira de una forma rara. Como un… jadeo.
-Oh, Dios- dijo la enfermera a través del teléfono. Se escuchó un clic y al cabo de unos segundos una nueva voz, esta vez más autoritaria, habló con evidente urgencia:
- ¿Señora Machado?
-Sí, estoy aquí. ¿Qué…
-Soy la jefa de enfermería. No salga de la habitación. Por lo que más quiera, nosalga.
-¿Me quiere decir qué es lo que está pasando?- alzó un poco la voz Luisa, ahora asustada.
-¿Tiene a su bebé ahí?
-Está aquí conmigo, claro.
-Abrácelo. Abrácelo con todas sus fuerzas.
-Es una broma, ¿no?
-No es una broma. Hay algo peligroso ahí afuera. Pensamos que no volvería, pero nos equivocamos.
-¿Algo peligroso?- Luisa se incorporó de la cama ymiró hacia la puerta cerrada-. Entonces llame a la policía. Y vengan. Ayúdenme…
-No podemos- dijo la enfermera-. Nosotras también corremos peligro.
-¿Quién es, por Dios?
-Es…
La puerta de repente comenzó a sacudirse. Parecía que alguien, con una fuerza sobrehumana, la golpeaba sin cesar. La respiración se había transformado en una especie de pavoroso grito de hiena, que resonó yse hizo eco en las profundidades del corredor. El bebé de inmediato se despertó y comenzó a llorar, sacudiendo los bracitos con violencia.
-¡Está golpeando la puerta!- gritó Luisa.
-¡No abra!- le dijo la aterrorizada enfermera a través del teléfono- ¡No abra y abrace a su bebé! ¡Abrácelo ANTES DE QUE LO LLEVE!
Luisa no dudó un instante. Ni siquiera pensó en las escalofriantespalabras de la enfermera. Se puso el bebé en el pecho y enseguida la puerta se abrió con un golpazo. Una mujer, vestida de enfermera, entró arrastrándose como una serpiente. El uniforme estaba por completo manchado de rojo, la sangre goteaba y manchaba los mosaicos encerados. Tenía el cuerpo doblado y caminaba apoyada en sus brazos, porque no tenía piernas. Miró hacia uno y otro lado y luego comenzó atrepar por la cuna del bebé. Sus ojos eran ciegos y una lengua bífida asomaba entre sus labios. Luisa se paró sobre la cama, con el niño en brazos, y saltó por encima de la cosa. La enfermera de inmediato se dio vuelta y trató de agarrarla en el aire, pero falló por muy poco. Luisa salió corriendo de la habitación. Miró hacia atrás. La aparición iba tras ella, arrastrando el cuerpo por el...
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