Escritor
Fue “la hora de la basura”,considerada por ella misma de esta manera, la época en que se gestó la obra. Decide adoptar una voz masculina como narrador pues “una mujer es dada a escribir sensiblerías”. Clarice escrítica desde el comienzo hasta la última frase. ¿El final fue suficientemente dramático para vuestras necesidades?, nos cuestiona ella. Todo el libro parece una catarsis; una descarga de basurahecha del puro tuétano de las convenciones; una liberación hasta del mismo hecho de ser mujer.
Macabea es un personaje maravilloso. Es simple y fea, pero poseedora de una belleza esculpidacon inocencia y pureza. Su ignorancia la hace virgen. Ve la bondad en todo, hasta en el hombre que ama la sangre y la carne por sobre todas las cosas. Se merecía su gringo... sí que lomerecía, pero, ¿nosotros como lectores hubiéramos podido aceptarlo?
Mucho tiempo en la lectura creí que Clarice, o mejor he de decir, Rodrigo, no haría historia, sólo que seguiría disgregando ydialogando con Macabea hasta el final. ¿Habríamos podido soportarlo sin emitir críticas? ¡Cuánta sinceridad en sus palabras! ¡Cuán transparente es su postura! Prefiere no hacer de oro elpan con que Macabea se alimente, por miedo a que no pueda comerlo. Y sin embargo, ¡cúan lejos se proyectan sus alcances!; “la eternidad es el estado de las cosas en este momento”.
Ahorapienso, que es una gran bondad no haber leído antes a Clarice. Si es la hora de la estrella la hora de la basura, no puedo imaginar cuán magnífica me resultará la hora de su grandeza.
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