ESCUELA PARA CREAR

“Una escuela para crear” – Oche Califa

Señoras y señores, estamos trasmitien­do directamente desde el monte porque hoy es -nada más ni nada menos- el pri­mer día de clases en la escuela para es­critores que dirige el grillo. Pero antes, expliquemos un poco la cuestión.
El grillo es uno de los animales más cultos de la región: ha leído montones de libros y escrito alguno que otro poema (enhonor al tigre, por ejemplo). Decidi­do a hacer algo más en su vida, ha fun­dado una escuela para enseñar a escribir cuentos, novelas, poemas y hasta cartas de amor.
La cuestión es que en esta escuela se han inscripto un chancho de monte -que lleva anteojos-, dos pavas -que son me­llizas- y un zorro. Están sentados en se­micírculo alrededor del grillo y todo in­dica que la clase ya comienza.-Muy bien, señores -dice el grillo-. Us­tedes saben que escribir cuentos y otras obras literarias no es nada fácil. Sobre todo porque hay que inventarlas. Así que nuestra primera clase consiste en inven­tar entre todos una historia que luego podamos escribir... ¿Entendieron?
El chancho, las pavas y el zorro asienten con la cabeza.
-Entonces, ¿a quién se le ocurre una idea para comenzar uncuento?
El chancho mira a las pavas, las pavas miran al zorro, el zorro mira hacia arriba.
-Bueno, en ese caso yo daré la prime­ra idea y entre todos inventaremos el cuento. La idea es que en un pueblito pequeño, tan pequeño que tiene sólo tres casas, una laguna, una cabina telefóni­ca y un puesto de panchos, vive un ele­fante. Una mañana los habitantes se le­vantan y se dan cuenta de que elelefan­te no está.
El chancho, las pavas y el zorro se mi­ran. Las pavas sonríen. El zorro, tal vez para ganar tiempo, pregunta:
-¿El elefante es de África o de la In­dia?
-No lo sabemos -contesta el grillo-. Y por ahora no nos importa demasiado.
-Pero deberíamos explicar qué hace un elefante viviendo en ese pueblito -dice el chancho, que parece el más inteligen­te de los cuatro alumnos.
-Eso sí-replica el grillo.
-Por ejemplo, que el elefante pasó un día por el pueblito con un circo y cuan­do éste se fue se lo olvidó -dice el chan­cho.
Las pavas ríen. El grillo las mira con cara de enojado y exclama:
-Muy bien. Si un elefante es alguien a quien pueden olvidarse, también es al­guien que puede desaparecer en cual­quier momento. Nos viene muy bien para nuestra historia.
El chanchopone cara de satisfecho. Y el zorro, como no quiere quedarse calla­do, dice:
-Sí, pero ¿dónde está el problema de que el elefante no esté? Se fue y listo.
-No, señor -replica el grillo-. El ele­fante no puede haberse ido sencillamen­te porque los elefantes no andan duran­te la noche de aquí para allá. Y, además, no puede haberse marchado sin avisar.
Las pavas vuelven a sonreír y dicen:"Claro, claro".
-¿El elefante no está oculto en ninguna de las tres casas? -pregunta el zorro.
-No.
-¿No se habrá ahogado en la laguna?
-Tampoco. Cuando comience el cuento diremos que es una lagunita poco pro­funda.











-Adentro de la cabina telefónica o en el puestito de panchos no entra -piensa el zorro, frunciendo el ceño.
La historia exige mucha imaginación. Por unmomento a nadie se le ocurre nada. ¿Dónde esconder un elefante en un lugar tan pequeño? Transcurren esos se­gundos en que parece que la historia está en un callejón sin salida y el taller lite­rario irá a fracasar.
-¡Ya lo tengo! -grita, entonces, el chan­cho-. Al elefante le crecieron mucho las orejas y con ellas ha aprendido a volar.
-Mi amigo -le dice el zorro-, esa histo­ria ya existe. Sellama Dumbo y hasta hay una película. Yo la vi.
El zorro fue una sola vez al cine y jus­to daban Dumbo. Eso le sirve para darse un poco de corte. Aunque las pavas agre­gan: "Nosotras también. Es hermosa".
-Sin embargo -dice el grillo-, la idea de volar es buena. Tendríamos que en­contrar una forma que no se parezca a la de Dumbo.
-Podría ser que el elefante se hubiera convertido en nube...