España en Venezuela 1800 a 1830

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II.- La modernidad y sus expresiones (1800-1830): “Descubramos
nuevamente a América”
Al declararase y consumarse la independencia política de España, comenzaba nuevo
drama de la aventura americana. Era el momento de llenar con acción y hazaña, con
vida y sociedad propias el continente. De allí surgirían nuevas condiciones de
posibilidad o de imposibilidad para traer a estas latitudeslos vectores de la modernidad.
En tierras cultivadas durante trescientos años por una civilización colmada, que sabía de
antemano su potencialidad, la independencia americana provee instrumentos enérgicos
para la creación; ninguno de los instrumentos dejará de tener el temple de lo fraguado
durante la experiencia colonial. La independencia política permitiría ser en intensa
medida americanos.Ella permitiría doble función, doble desempeño: hacer camino y
hacerse a sí mismos. Ella le daría fuerza al ser; sería síntoma inequívoco de la esencial
expectativa. Y no porque todavía no-se-sea, el ser como rasgo de privación, sino en
aquel sentido de que habla Ernesto Mayz Vallenilla en El problema de América, como
un “no-ser-siempre-todavía”. El advenir se presenta como una radicalexpectativa para
el hombre americano. Independencia política y creación, en tales condiciones, son
drama; a veces drama sórdido, sin vibración altiva; otras cual relámpago solitario, sin la
huella del trueno. En todo caso, se decía el criollo, hay que intentarlo, hay que fundar
sociedad, fundar patria y nación en las estribaciones de la colonia. El programa
americano, según los criollos, consistía enexcederse en vida, en llenar los huecos de
una evolución cultural en mora consigo misma con fuerza de vida en ascenso. Por fin ya
no se sería más extranjero en las propias tierras: “Tendremos una Patria --proclamaba
Miranda-- que aprecie y recompense nuestros servicios. !Una Patria!, !Ah!, esta voz no
será más una voz sin significado en nuestra lengua. Ella animará nuestros corazones deaquel entusiasmo divino con que animó tantos pueblos célebres antiguos y modernos.
Por ella el vivir es agradable y el morir glorioso”.1
Y para ello el único método cierto era consumir vida (“el morir glorioso”), consumir
heroismo. Sobre el exceso nos aclara Dardo Cúneo en un contexto más interpretativo,
pero no por ello menos interesante: “Consumiéndonos, lograremos ser. Excediéndonos
en vidafundaremos pueblos, instituciones, comunidad, sociedad, nación, civilización,
cultura. Excedernos es nuestra primaria posibilidad, nuestra actitud segura, nuestro
método” (op. cit., p. 223). Dejemos, por el momento, las cosas hasta aquí.
Detengámonos ahora en los más significativos impulsos modernizadores en los años
finales del siglo XVIII y en los primeros del XIX, que operaban, primero, unarevuelta
de los espíritus, para pasar, luego, una vez declaradas las independencias políticas y
finalizada la gran insurgencia armada, a preparar la “autonomía cultural de América”,
discurso pertinente a la construcción de la independencia espiritual.

1.- Un modelo de Independencia: La Ilustración y “tan feliz revolución
en las ideas”
Anotábamos anteriormente la formulación en aparienciaparadójica, pero certera en su
sentido profundo, realizada por Briceño Guerrero con mucha precisión y pupila
filosófica, sobre la condición de América de ser nueva y otra, la cual ”...consiste en
dejar de ser nueva y otra para ser la misma, la mismísima Europa”2. Cuando digo para
1

Francisco de Miranda, “Proclama”, en Archivo del General Miranda, tomo XVI, edit. Sur-Americana,
Caracas, 1930,p. 107.
2
Lo de pupila filosófica es porque sólo desde la filosofía pueden surgir este tipo de planteamientos sobre
la relación ontológica Europa-América. Sirva de ilustración el ejemplo hegeliano. Entre 1830 y 1831,

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dar una definición, América-es-otra-cosa, tomando sólo el sentido del primer trozo del
silogismo de B.G., estoy recogiendo, por una parte, en cuatro palabras y nueve...