Eugene Herrigel El Arte De La Espada
Eugene Herrigel: El arte de la espada
El arte de la espada
Eugen Herrigel
Ext. de "Zen en el arte del tiro con arco", Buenos Aires, Kier, 1972, 1996.
A pesar de todo lo dicho, mucho me temo que en más de uno haya surgido la sospecha de que el tiro de arco, desde que quedó eliminado de la lucha de
hombre a hombre, haya sobrevivido gracias a una afectada espiritualidad. Por ende, que se haya sublimado de una manera poco sana. No puedo
criticarlos por pensar así.
Es conveniente subrayar una vez más que el Zen no sólo en los últimos tiempos ha influido de manera fundamental en las artes japonesas y porsupuesto en el arte del tiro de arco. Lo viene haciendo desde hace muchos siglos. En consecuencia, un maestro arquero de tiempos remotos, que debía
salir airoso de la prueba quién sabe cuántas veces, no hubiera podido decir otra cosa acerca de la esencia de su arte de cuanto dice un maestro en
quien vive la "Magna Doctrina". A través de las centurias, el espíritu de ese arte ha permanecido idéntico, tan inalterable como el mismo Zen. Sin embargo, para disipar toda posible duda y, lo sé por experiencia propia, comprensible, echemos una mirada a otro arte cuya importancia para el
combate aún hoy no puede negarse: el arte de la espada. Esto nos permitirá establecer una comparación. Tal cosa se me ocurre no sólo porque el
maestro Awa también sabía manejar "espiritualmente" la espada, por lo cual señalaba a veces la excitante coincidencia entre las experiencias de losmaestros del arco y de la espada, sino sobre todo porque de aquella época en que la caballería estaba en su apogeo y en que los espadachines tenían
que ser capaces de demostrar su maestría de la manera más irrefutable entre la vida y la muerte, de aquella época, pues, existe un documento literario
de primer orden. Es un tratado de Takuan, gran maestro del Zen, titulado "La aprehensión inmutable" (1), donde se expone detalladamente la relaciónentre el Zen y el arte de la espada y por ende también la práctica de la esgrima.
No sé si es el único documento que interpreta de una manera tan amplia y original la "Magna Doctrina" de la maestría de la espada; tampoco sé si
testimonios similares existen con respecto al arte de tiro de arco. Pero una cosa es segura: es una gran suerte que el relato de Takuan se haya
conservado y un gran mérito de D. T. Suzuki el de haber traducido, casi completa, esa carta dirigida a un célebre maestro de la espada, poniéndola así
al alcance de numerosos lectores (2). Ordenando y resumiendo el contenido del citado documento, trataré de destacar con mis propias palabras, y de la
manera más clara y concisa posible, lo que hace siglos ya se comprendía por el arte de la espada y lo que según la opinión unánime de grandes
maestros, debe comprenderse aún hoy.
En virtud de aleccionadoras experiencias, hechas tanto en ellos mismos como en sus discípulos, los maestros de la espada consideran un hecho que elprincipiante, por fuerte y combativo, por valiente e intrépido que sea por naturaleza, pierde al comenzar la enseñanza su despreocupada naturalidad y
además la confianza en sí mismo. Ahora llega a conocer todas las posibilidades técnicas de poner en peligro la vida durante el combate, y aunque
pronto es capaz de concentrar su atención al máximo, de vigilar al adversario de la manera más despierta, de parar sus estocadas con exactitud y dehacer eficaces asaltos, se halla en una situación peor que antes cuando daba golpes a diestro y siniestro y al azar, mitad en broma, mitad en serio,
según la inspiración del momento y del ardor bélico durante los combates de práctica. Tiene que admitir ahora, y resignarse a ello, que se encuentra en
condiciones de inferioridad frente a cualquiera que sea más fuerte, ágil y experimentado, y que estará expuesto. ...
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