Explorar sin dios

Me acerco a la Base Divina en cuanto no entiendo. En cuanto no me entiendo. Como un bebé va a la teta por el alimento, yo busco un poco de leche clara cuando necesitoentender. Pero apenas siento entenderme lo suficiente para dar unos pequeños pasos por mi cuenta, niego la teta. Salgo a explorar el mundo sin Dios. Negándolo, como si laconfirmación de mí ser solo fuera posible con la negación de Dios. Como si la procedencia impidiera el destino, el pasado el futuro, o como si ambos se juntaran en un punto y ya no sereconociese donde empieza uno o termina el otro. En este efecto de distorsión se escuda mi hipocresía. O mi ignorancia.
La exploración, en el sentido de la aplicaciónevolucionista parece ser una idea irreconciliable con la idea de una base Divina de la cual hayamos procedido y a la cual debamos volver. Porque aunque esta última también es unanoción inexplicable, llena de misterios, paradójica, tiene un límite. Es el límite. Es una Base. Como misterio no lo entendemos, pero sabemos que nos entiende a nosotros. Podemosllegar a sentirnos observados por tal fuerza inexistente. En cambio, explorar es solo posible sin límites, montados sobre el caos con las riendas sueltas y el infinito comosendero. Por lo menos, no hay otra manera más placentera de explorar que con la absoluta certeza de que no llegaremos a explorarlo todo, de que nunca entenderemos el absoluto.Esto confirma que la exploración es un fin en sí mismo, y que no habrá ningún nuevo descubrimiento científico que le de la vuelta a nuestra percepción del mundo lo suficientepara que nos sentemos a disfrutarlo, satisfechos. Esto me hace pensar que si el universo tiene un límite, se llama Dios. El fin y principio de todo y nada.

28 de No, 2010