Fausto y la piedra filosofal

Libro I
Del Bien Humano en General

I

Todo arte y toda investigación científica parecen tender a algún bien, y por ello el bien es aquello que todas las cosas aspiran. Cierta diferencia consiste en simples acciones, y en las artes cuyo fin es algo ulterior a la acción, el producto es naturalmente más valioso que la acción.

Así, el fin de la medicina es la salud; el de la construcciónnaval el navío; el de la estrategia, la victoria, y el de la economía, la riqueza. Cuando la ciencia y artes están subordinadas a alguna facultad como por ejemplo la fabricación de frenos, está sometida a la estrategia, hallándose otras artes sometidas a otras, y nada importa que la acción sea tan sólo la misma actividad u otra cosa más de ella.

II

Si existe un fin de nuestros actos y si esverdad que no siempre elegimos una cosa en vez de otra. Con respecto a nuestra vida el conocimiento de este es soberano, hemos de intentar comprender en general cual pueda ser, y las ciencias teóricas o práctica que depende.

Desde el momento que la política se sirve de las demás ciencias prácticas y legislas sobre lo que no debe hacerse y lo que sí, al punto de ser por excelencia el bien humano,es cosa amable hacer el bien a uno solo pero más bella y divina es hacerlo al pueblo y a las ciudades.

III

No debemos, la misma precisión de todos los conceptos. Lo bueno y lo justo se considera ciencia política y los bienes particulares por su parte, son mucha ocasión del perjuicio. Los casos sirviéndonos hechos si no que la consiente la naturaleza, igualmente aceptar de un matemático laprobabilidad de demostraciones concluyentes.

Ninguna diferencia existe al respecto de adolescentes por la edad y el carácter pueril, el discípulo, el estado de espíritu que esta ciencia reclama y lo que con ello nos proponemos.

IV

Todo el bien a que tiende la ciencia política, que será el más excelso de todos los bienes apuntan a algún bien. El hombre pues tanto la mayoría como losespíritus selectos llama a ese bien la felicidad, y suponen que es lo mismo vivir bien y obrar bien que ser feliz. Pero la esencia de la felicidad es cuestión disputada, y no explican del mismo modo el vulgo y los doctos.

Los hay que la hacen consistir en algo manifiesto y visible, como el placer o la riqueza o el honor. Ahora bien, algunos han llegado a otro bien pensar que además de la multitud debienes particulares existe otro que sí, el cual es causa de la bondad de todos los demás bienes. La razón por la cual en menester que haya sido educado en sus hábitos morales el que quiera oír con fruto las lecciones acerca de lo bueno y de lo justo, y en general de todo lo que añade a la cultura política.

V

La multitud y los más vulgares ponen el bien supremo en el placer, y por esto aman lavida voluptuosa. Los hombres de acción identifican la felicidad con el honor. Este es, puede decirse, el fin de la vida política.

VI

Quizá sea mejor examinar la noción del bien discutiendo a fondo su significado sobre todo si somos filósofos, es deber sagrado reverenciar la verdad de preferencia a la amistad. Esta es la polémica contra Platón, accidente el ser, de suerte que no podría haberuna idea común al bien absoluto y al bien relativo. Puesto que todas las cosas subsumidas bajo una idea no hay si no un saber, aún con respecto a aquellos bienes colocados bajo una categoría, tenemos así mismo la medicina en lo que se ve a la alimentación.

Ni siquiera porque sea tan eterno será más bien el bien ideal, del mismo modo por eso más blanco que lo blanco efímero. Con todo, pensaralguno que es en todo caso mejor conocer el bien en sí con la mira de los bienes posibles y hacederos como quiera que teniendo a aquel arquetipo.

VII

Los que se persigue por sí mismo lo declaramos más final que lo que se busca para alcanzar otra cosa, que lo absolutamente final declaramos será aquello que es apetecible siempre por sí, jamás por otra cosa. Tal nos parece ser por encima de...