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—Hija… ni siquiera término de entenderlo yo…— El de pie frente a ella la mirafijamente con una mirada sumida en tristeza.
—¡No entiendo! ¡No puedo aceptarlo! ¡No puedo!— Da unas zancadas fuertes en el pasto y comienza a golpear una piedra grande con los puños.
—Deja de golpearasí el concreto… te lastimarás…— Sin poder detenerla, sigue mirándola fijamente, hablándole inútilmente esperando a que ella le prestara atención y dejara de lastimarse tanto.
— ¡¿Ahora qué voy ahacer? ¡¿Por qué papa?! ¡¿Por qué?!— Las lagrimas no dejan de brotar de sus ahora sombríos ojos, los ojos que alguna vez fueron de un vivaz azul zafiro, tan claros y hermosos que parecieran tocarle elalma a cualquier persona que tuviera la dicha de conocerla.
—Perdóname Nayla (La de los ojos bellos) …..— Murmura el señor, sin dejar de mirarla, apretando los puños con culpa y molestia a la vez,acentuando el nombre de la chica.
Después de un rato de gritar, sollozar y mirar hacia el cielo, Nayla secó su rostro con la manga de su blusa, ahora tenía la mirada perdida hacia la grande piedraque antes golpeaba, sin embargo, las lagrimas seguían saliendo de sus grandes y muertos ojos, su lindo rostro ahora estaba demacrado por tanto llorar, las ojeras eran evidencia de no haber dormido hacedías. Ya comenzaba el atardecer, y cada vez pensaba mas y mas en la idea del suicidio.
—No hagas una tontería…— Dijo el señor, estaba vestido con un traje negro elegante, a pesar de no ser un hombrede la tercera edad, se le veía bastante saludable, su cabello negro brillante era contrastado por las pequeñas canas que comenzaban a salirle por las sienes, el paso del tiempo era culpable de...
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