filosofia
del bienestar
john stuart
filosofía
M I LL
Fuente de una de las más sólidas tradiciones del pensar sobre la
libertad individual, John Stuart Mill (1806-1873) vino al mundo en Londres justo en
la época en que el ciudadano emergía como la figura paradigmática de la humanidad,
mientras estamentos y corporaciones eran sometidos a crítica por losprocesos de
construcción de las naciones modernas. Recibió una esmerada educación diseñada por
su padre, basada en la lectura y los viajes, hasta que en una historia de la Revolución
Francesa descubrió con asombro los principios de la democracia representativa. Desde
entonces escribió contra muchos de los prejuicios de su época, en defensa de la igualdad
de los géneros y de la libertad del ciudadano, ycontra la reacción europea posterior a
1848. Con su esposa, Harriet Taylor, discutió por años las ideas de su ensayo Sobre la
Libertad (1859), una defensa del derecho que hoy llamamos, en el artículo 16 de nuestra
carta fundamental, “al libre desarrollo de la personalidad”, es decir, a la autonomía
del ciudadano. Este pensador advirtió que la igualdad social y el poder de la anónima
opiniónpública podrían llegar a imponer sobre la humanidad el opresivo yugo de la
uniformidad en las ideas y en las acciones, inhibiendo los rasgos singulares del carácter
en los ciudadanos, quienes deben luchar por conservar su libertad frente a la heteronomía
de la opinión de las masas. Este texto es el capítulo tercero del ensayo Sobre la Libertad,
en la versión castellana de Pablo de Azcárate que en más de15 ediciones ha publicado
Alianza Editorial. Para propósitos educativos se ofrece a los lectores.
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P
ara el bienestar intelectual de
la humanidad, del que depende cualquier otro bienestar, es
necesaria la libertad de opinión, y la libertad de expresar
toda opinión. Son cuatro las razones que soportan este imperativo:
Primera, una opinión, aunque
sea reducida al silencio, puede serverdadera. Negar esto sería aceptar nuestra propia
infalibilidad.
Segunda, aunque la opinión reducida a silencio sea errónea, puede contener, y
con frecuencia contiene, una porción de verdad; y como la opinión general o prevalecien
te sobre cualquier asunto rara vez o nunca es
toda la verdad, sólo por la colisión de opiniones adversas tiene alguna probabilidad de ser
reconocida la verdad entera.
JohnStuart Mill (1806-1873).
de aquellos para quienes la libre expresión
de todas las opiniones debe ser permitida a
condición de que la manera de hacerlo sea
moderada y no vaya más allá de los límites
de una discusión leal. Mucho se puede decir
respecto de la imposibilidad de fijar dónde
estos supuestos límites deben colocarse; pues
si el criterio es que no se ofenda a aquellos
cuyas opiniones seatacan, pienso que la
experiencia atestigua que esta ofensa se produce siempre que el ataque es poderoso; y
que todo contradictor vigoroso a quien sea
difícil contestarle se les aparecerá, si se pone
un verdadero interés en el asunto, como un
contradictor intemperante. Pero esto, aunque
es una consideración importante desde un
punto de vista práctico, se esfuma ante una
objeción másfundamental. Indudablemente
la manera de afirmar una opinión, aunque
sea verdadera, puede ser muy objetable y merecer justamente una severa censura. Pero las
Tercera, aunque la opinión admitida fuera no sólo verdadera, sino toda la
verdad, a menos que pueda ser y sea vigorosa
y lealmente discutida, será sostenida por los
más de los que la admitan como un prejuicio,
con poca comprensión o sentido de susfundamentos sociales.
Y no sólo esto, sino que, por la
cuarta razón, el sentido de la misma doctrina
correrá el riesgo de perderse o debilitarse,
perdiendo su vital efecto sobre el carácter y
la conducta; el dogma se convertirá en una
profesión meramente formal, ineficaz para el
bien, pero llenando de obstáculos el terreno e
impidiendo el desarrollo de toda convicción
real y sentida de...
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