Formación profesional exigida a los auditores
Páginas: 2 (275 palabras)
Publicado: 21 de junio de 2011
Formación profesional requerida a los auditores
La trascendencia de algunos fracasos empresariales, y las irregularidades en la información contable publicada, han puesto en telade juicio a la profesión auditora y han sensibilizado a la opinión pública sobre aspectos relativos a la capacidad de los auditores (Del Cid 1994). Ello ha provocado que elgobierno y las organizaciones profesionales hayan hecho cambios en los reglamentos y en las normas que regulan la auditoría (véase; entre otros, Baldwin et al. 2006).
En este sentido,ha existido un importante esfuerzo por establecer cuál debe ser la formación del auditor para llevar a cabo su labor. Las diferentes normativas indican que el profesional queejerza la función de auditor debe tener título profesional legalmente expedido, así como tener conocimientos técnicos y capacidad profesional, obtenido con la experiencia en la prácticay con una continua actualización (véase AICPA, 2007; IMCP, 2007; CEE, 1996; ICAC, 1991).
Esta exigencia formativa va más allá de los conocimientos de técnicas, porque, tal ycomo se establece habitualmente, el auditor no debe aceptar tareas para las que no esté o no se sienta capacitado de desarrollar de manera eficaz y satisfactoria (véase IFAC, 2005;IMCP, 2006). Ello evidencia la necesidad de “sentir” que posee los conocimientos necesarios.
Moyes y Hasan (1996), resaltan en su investigación que los auditores más experimentadostiene en general más probabilidades de detectar los fraudes que los auditores inexpertos, así como que la preparación para superar el examen de certificación y las 40 horas deeducación continua para mantener esta certificación implica un mayor nivel de competencia profesional. Tal certificación sugiere una mayor conciencia y compromiso para detectar fraude.
La trascendencia de algunos fracasos empresariales, y las irregularidades en la información contable publicada, han puesto en telade juicio a la profesión auditora y han sensibilizado a la opinión pública sobre aspectos relativos a la capacidad de los auditores (Del Cid 1994). Ello ha provocado que elgobierno y las organizaciones profesionales hayan hecho cambios en los reglamentos y en las normas que regulan la auditoría (véase; entre otros, Baldwin et al. 2006).
En este sentido,ha existido un importante esfuerzo por establecer cuál debe ser la formación del auditor para llevar a cabo su labor. Las diferentes normativas indican que el profesional queejerza la función de auditor debe tener título profesional legalmente expedido, así como tener conocimientos técnicos y capacidad profesional, obtenido con la experiencia en la prácticay con una continua actualización (véase AICPA, 2007; IMCP, 2007; CEE, 1996; ICAC, 1991).
Esta exigencia formativa va más allá de los conocimientos de técnicas, porque, tal ycomo se establece habitualmente, el auditor no debe aceptar tareas para las que no esté o no se sienta capacitado de desarrollar de manera eficaz y satisfactoria (véase IFAC, 2005;IMCP, 2006). Ello evidencia la necesidad de “sentir” que posee los conocimientos necesarios.
Moyes y Hasan (1996), resaltan en su investigación que los auditores más experimentadostiene en general más probabilidades de detectar los fraudes que los auditores inexpertos, así como que la preparación para superar el examen de certificación y las 40 horas deeducación continua para mantener esta certificación implica un mayor nivel de competencia profesional. Tal certificación sugiere una mayor conciencia y compromiso para detectar fraude.
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