¿Formacion continua y democracia?

¿Una formación continua democrática?
Si bien es cierto, a partir de un proceso de observación de la realidad que me atañe laboralmente, he mirado la problemática de la formación continua de los maestros de educación básica, desde la perspectiva del pensar reflexivamente y en colaboración; los contenidos abordados durante las sesiones de la materia Valores y Ciudadanía de la Maestría enInvestigación Educativa, hace girar mi atención hacia un aspecto no observado, o por lo menos no explicitado suficientemente.
Este es el de la participación del profesor en el desarrollo de sus propias potencialidades y en la capacidad del mismo de resolver problemáticas específicas de su práctica docente cotidiana, pero no solo visto como la posibilidad de repensar individualmente su propia práctica,sino considerando también los presupuestos de convivencia gremial y estructural, que no escapan a todos los otros ámbitos en que el profesor se desenvuelve social, comunitaria y políticamente; siendo este último espacio de interacción, el que a mi parecer más impacta en la formación para la participación de los ciudadanos (maestros), que con esos referentes teóricos, metodológicos yactitudinales, intentamos después constituir formas de relaciones interpersonales, a fin de incidir en los procesos de formación profesional durante el servicio laboral, en pos de uno de los supuestos genéricos de la democracia, que sería poner en el debate la calidad de los servicios que se prestan a la sociedad, en este caso de la educación pública.
No intento con esto desmerecer la importancia delaspecto académico y de la necesidad de integrar una práctica reflexiva permanente en las escuelas de México; sólo considerar que, como ciudadano de un régimen democrático (el estado nación mexicano), el docente traslada esa forma de participar o de no participar en su sistema político, a la esfera de su centro de trabajo. En ese sentido, la costumbre de la gran mayoría de los mexicanos, (no sólo losmaestros obviamente), es la de delegar responsabilidades. No en balde somos constitucionalmente, una democracia participativa. Es decir, aquella donde después de un costoso proceso electoral, los ciudadanos dejan en sus representantes la función de tomar decisiones de todo aquello que precisamente correspondería a estos, por ser los principalmente beneficiados (o perjudicados). Criticar esto no esfácil, pues uno de sus motivos suele ser la “comodidad” que genera emitir el voto y desentenderse de cualquier responsabilidad consigo y la sociedad, asumiendo que todos los problemas serán resueltos por sus representantes electos “democráticamente”, lo cual es correcto procedimentalmente hablando. Aunque aquí se encuentre el germen de la poca participación de los ciudadanos en los asuntos deinterés común, o por lo menos en la no exigencia de transparencia en la manera como sus representantes resuelven los problemas; están tratando de resolverlos o los ignoran. No es raro entonces, que esta misma dinámica se traslade después a la gran mayoría de las situaciones de interacción y participación que vive el ciudadano.
Ahora bien, considerando el contexto político estructural mexicano dondequeda de manifiesto la democracia representativa como forma de gobierno y presuponiendo que los esfuerzos políticos actuales estén encaminados al logro paulatino de una democracia realmente participativa (que teórica y factualmente podría contradecirse con la primera en la medida de sus alcances), requeriría como lo afirma Rodríguez (2009), de una enseñanza específica de los conocimientos,habilidades y valores, que facilitaran a los ciudadanos participar en un contexto social de equidad, contribuyendo a la disminución de la exclusión, de grupos o individuos en desventaja y esto se haría necesariamente, desde la escuela.
Hasta aquí, he intentado describir el marco político general en el cual nos desenvolvemos los ciudadanos mexicanos. A continuación, un breve esbozo de como se dan las...