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1. CRITERIOS, ESTÁNDARES E INDICADORES
La evaluación de programas requiere valorar la información obtenida sobre los
componentes de un plan, proyecto o programa, pero comparándola con algún
referente interno o externo de calidad, es decir, con un criterio. En alguna ocasión se ha planteado la posibilidad de abordar la evaluación de programas,
planes o proyectos sin contar con criterios previamente establecidos
(Cronbach, 1981). La idea de una evaluación sin criterios no supone, contra lo
que la propia expresión parece sugerir, que se establezcan valoraciones sobre
un programa sin establecer elementos de comparación; por el contrario, plantea la posibilidad de criterios emergentes al proceso mismo de evaluación.
No obstante, conviene comenzar definiendo los términos claves de este tema;
criterio, estándar, indicador, descriptor... Un criterio es un objetivo de calidad
respecto del que puede ser valorado un plan, proyecto o programa. Ese criterio
puede establecerse en forma de normas o estándares y en forma de criterios
no estándares.
Las normas (estándares) son unidades de medición (Dewey,1934). Las que se
manejan en el sistema educativo proceden, según Noriega y Muñoz (1996), de
dos fuentes principales:
a) Legislativa: las disposiciones legales establecen multitud de
“declaraciones de expectación” obligatorias en cuanto a su
cumplimiento. Reciben el nombre específico de normas legales. Cuando situamos como estándar de calidad de un proyecto curricular
o de un programa especial (p.e. adaptación curricular) la adaptación a
las características del entorno y los alumnos, simplemente nos
estamos haciendo eco de una norma legal que establece la necesidad
de que las concreciones curriculares u otros programas se elaboren
teniendo en cuenta las características del entorno y los alumnos. Evaluación de programas de intervención psicopedagógica
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b) Epistemológica: los especialistas y profesionales en un determinado
área de las Ciencias de la Educación han llegado a una serie de
conclusiones que sirven para elaborar las directrices con las que guiar
los procesos educativos.
Fijar normas o estándares de evaluación requiere de un importante nivel de
consenso social, para que sean reconocidas tienen que ser aceptadas
colectivamente. Así, respecto del contenido del programa de gestión de
recursos, un criterio estándar de calidad es la coherencia entre el programa y
las bases organizativas (la teoría) en que dice ampararse. Este criterio
permitiría, valorar la medida en que el programa se apoya en unos
fundamentos teóricos sólidos. En relación con el desarrollo del programa, un
criterio que cuenta con el suficiente respaldo entre los evaluadores es el de la
conformidad con la planificación: la constatación de un nivel aceptable de
conformidad entre planificación y desarrollo es un término que permite establecer la calidad de la aplicación de un programa.
Los estándares admiten diferentes gradaciones, desde un mínimo exigible
hasta un óptimo deseable. Esta característica permite conducir el proceso de
evaluación a través de estándares que matizan la frecuencia o el grado de
aproximación de la realidad evaluada. La cualificación métrica del estándar
puede ser:
a) Por presencia/ausencia
b)Por frecuencia de aparición del mismo, como se representaría en una
escala del tipo Nunca....Siempre.
c) Por valoración cualitativa, en escalas del tipo: Deficiente.... Excelente
(Noriega y Muñoz, 1996: 10).
Los criterios no estándares adoptan la forma de argumentaciones o “razones”
en las que se fundamentan las valoraciones sobre los componentes ...
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