Francisco gonzalez pineda

Francisco González Pineda

En pos de una identidad anhelada: entre lo que se vive, se inventa y se cuenta1

Gloria Prado G.*

Comprenderse es apropiarse de la historia de la propia vida de uno. Ahora bien, comprender esta historia es hacer el relato de ella, conducida por los relatos tanto históricos como ficticios, que hemos comprendido y amado. Es así, como nos hacemos lectores de nuestravida…
Paul Ricoeur: “Autocomprensión e historia”

I. En el principio

A lo largo del siglo XX, especialmente entre las décadas de los 30 a los 60, en México, y me atrevería a decir que en el resto de Latinoamérica, como bien sabemos, una preocupación continuada la constituyó el afán por crear o encontrar una posible identidad continental, nacional y personal arraigada en factores históricos,étnicos, lingüísticos, religiosos, sociológicos, culturales, tradicionales y, relativa a éstos, una serie de consideraciones de diversa índole. Numerosos ensayos, artículos, obras completas versaban sobre tal temática desde perspectivas muy diversas ya fuera de antropólogos, sociólogos, filósofos, psicoanalistas o incluso literatos. En nuestro país como no ignoramos, las aportaciones másconocidas y reconocidas en este sentido fueron las de Samuel Ramos: El perfil del hombre y la cultura en México, Octavio Paz: El laberinto de la soledad, Jorge Carrión: Mito y magia del mexicano, Joaquín Peñaloza: Los 7 pecados capitales del mexicano, José Iturriaga: El carácter del mexicano, Óscar Lewis: Cinco familias. Antropología de la pobreza y Los hijos de Sánchez, Domingo Miliani: La realidadmexicana en su novela de hoy y, en el campo del psicoanálisis, las de Francisco González Pineda: El mexicano. Su dinámica psicosocial (1959), El mexicano, psicología de su destructividad (1961), Los mexicanos frente al poder (1973), aportaciones entre muchas otras más, producto de grandes pensadores, ensayistas y creadores de obras inscritas en este registro en las que se acogían a las diversos marcosteóricos y metodologías que sus disciplinas les proveían.
No es mi propósito aquí, versar específicamente sobre este tema, ya que se ha hecho, y yo misma me incluyo en ello, de manera profusa. Sin embargo, tratándose ésta de la conferencia anual Francisco González Pineda, pienso que necesariamente habrá que referirse, aun cuando sea de manera indirecta, al campo de interés primordial de estepsicoanalista que no se limitó a la dimensión teórica, sino que se extendió al campo literario principalmente con su libro de cuentos: Solimán y otros relatos (1961) y la novela: Todo el tiempo es mañana (1963), así como las pequeñas narraciones que se intercalan en El mexicano, psicología de su destructividad.
¿Qué habrá motivado a un psicoanalista con una presencia indudable en este campo de suhacer, a escribir, alternativamente, literatura? Dicho de otra manera, ¿a actuar desde lo que se vive, se inventa y se cuenta? Quizá, imaginando, inventando, entre lo que yo he vivido y contado como paciente y lo que he escuchado y leído como oyente, podría aventurar una suposición: alguien que de continuo atiende a historias de vida que le cuentan –forjadas entre los recuerdos encubridores, lasfantasías, los sueños, en el juego constante del deseo–, que construye casos que presenta y supervisa, y estructura su propia historia en el análisis personal de la misma manera como lo hacen sus pacientes, se ve impelido a contar, a inventar, para dar cuenta, mediante sus fantasías –como las del poeta de Freud– de sí mismo, de su historia personal, familiar, nacional, continental, global, ahora.Recuerdo que en la segunda mitad de la década de los 70, invité, apoyada por Huberto Batis, quien era su gran amigo, al doctor Francisco González Pineda a dictar un curso corto en la Universidad Iberoamericana. La temática solicitada por nosotros para su ciclo de conferencias fue justamente la que en ese momento estaba en boga: la psicología, relacionada con una búsqueda de identidad, del...