frankenstein

MANOS ARRIBA Y CALZONES ABAJO.
Tenía apenas 19 años cuando comencé con la prostitución lésbica. Cómo la mayoría de las cosas que uno hace, yo lo hice por dinero, había abandonado mi carrera, mi casa y en mi cuerpo llevaba una vida además de la mía, abusaron de mí y quede embarazada mi madre se negó a creerlo es por eso que escape. En el prostíbulo tengo muchas ventajas, además de que es mitrabajo, es mi hogar, donde está mi familia, todas esas prostitutas (hombres y mujeres) que viven aquí, me comprenden, me dan amor, amor de hogar, amor carnal, amor de verdad, todo lo que es amor. Llevo cinco años en este oficio, muchos lo verán mal, pero a mí me gusta, me gusta tocar a cada mujer que viene y me escoge, me gustan los senos grandes, me gustan las nalgas firmes, me gustan los labioscarnosos, los ojos oscuros, las manos frías, me gusta enredarme en su cuerpo cada noche. Pero a veces la carne no lo es todo. En momentos extraño un abrazo cálido, una palabra de aliento, un sueño ligero. Quizá este sea el motivo por el cual me enamore de Raúl, él es mi mejor amigo, es gay, y es tan comprensivo, sabe mis mayores secretos y no me juzga y sé que nunca lo hará.
Cómo olvidar esa nochelluviosa, fue un sábado, 3 de septiembre de 2001. Ese día no había luz y por ende no trabajamos, así que yo aproveche para subir al cuarto de Raúl, estábamos platicando fue entonces cuando me pregunto ¿por qué me gustaban las mujeres? le platique mi historia, después de que sufrí la violación nació un gran rencor hacia los hombres especialmente hacia mi padre ya que él fue el que abuso de mí. Alterminar Raúl se acercó y me beso, me beso y me beso de nuevo. Aprovechamos la oscuridad y la soledad para amarnos y fundirnos en ese beso. En la mañana siguiente despertamos juntos, claro que él no quiso aceptarlo, así que ocultamos lo sucedido y continuamos como amigos. Pero después de esa velada tan maravillosa yo no pude dejar de pensar en él. Pasaron los meses y yo me enamoraba más, lasmujeres ya no eran de mi agrado, ya no las saboreaba como antes, lo cual eso me hacía perder dinero pero no me importaba me gustaba más Raúl, me gustaba como me miraba.
Raúl, Raúl, Raúl, pensaba en él antes de acostarme. Quizá lo mejor sea decirle que lo amo, quizá me corresponda, quizá… Quizá me amé. –Suspiraba- Raúl, Raúl, Raúl, dame otra cosa que pensar qué no seas tú.
Tres treinta de la tarde,y este insomnio no me deja dormir, no dejo de dar vueltas en la cama. Me levante para ir a la cocina y beber un té, pero entonces al levantarme oigo ruidos desde el corredor o ¿será el baño? No reconozco de donde proviene el ruido. Me levanto, observo como tiemblan mis manos, -ojala y sea por el frío- abro lentamente la puerta tratando de no ocasionar ningún ruido asomo mi cabeza, en eso veo que alo lejos alguien corre, una niña tal vez, trato de seguirla pero va muy a prisa entonces le grito “espera” corro tras ella, bajo las escaleras hasta llegar al sótano miro a mi alrededor y toda la habitación está llena de espejos rotos y yo reflejándome en cada trozo de ellos. De repente las risas se oyen, todos están señalándome –déjenme, déjenme- grito incontrolada pero mis piernas noresponden no puedo alejarme de ahí.
Bip, bip, bip no paraba de sonar el despertador. Solo fue un sueño o al menos eso creo.
Ya ha pasado toda una semana y yo no puedo conciliar el sueño, creo que es por este secreto que me mata día a día, creo ya es hora de buscar a Raúl y decirle cuanto lo deseo y amó. Subo corriendo a su dormitorio, toco la puerta y obviamente abre él:
-¿Qué ocurre, por qué vienestan agitada?- me interrogo Raúl
-Eh recorrido los pasillos para declararte mi amor- le dije
-¿Te encuentras bien? No digas tonterías sabes que yo jamás tendré algo con una mujer, si lo dices por la noche que pasamos juntos, entiende que solo fue eso, una noche, quería ver que se sentía estar con una hembra.
- Pero Raúl, no digas eso yo, yo te amo, yo haría lo que fuese por tu aceptación,...