fumar un puro

Fumar un puro: arte, placer y culto a los sentidos
Cuando me pregunto por qué fumo puros, inmediatamente viene a mi mente una sensación de paz y disfrute…
Cada cigarro que he fumado está unido aun lugar y un momento precisos de mi vida. Cómo olvidar esa panetela de Rafael González (marca muy conocida de Habanos) en la ruta 7, camino a Potrerillos; o ese Partagás Serie D Nº4 que atesorédurante cinco años y fumé en el jardín de casa una noche de febrero…
Un puro es un objeto de arte, un amigo que nos acompaña media hora, una, o más…; pero que persiste en el recuerdo, quizás, toda la vida.Fumar puros es un culto. Una experiencia con un tiempo y ritmo propios. Un ritual que supone, en cada paso,  la atención de todos los sentidos.
Qué emoción, entonces, se siente al elegir el puroadecuado para ese momento que pensamos y deseamos disfrutar! Escoger el lugar, el rincón donde nos detendremos a gozar, a meditar...
Y es entonces cuando comenzamos a andar un camino único, en el queel cigarro elegido nos entrega su esencia. Contemplamos el brillo, las tonalidades marrones, la textura al tacto, de esa fina hoja que lo abraza, la “capa”.  Nos detenemos a observar el trabajo fino dediseño realizado en  las “anillas” que decoran, y muchas veces prestigian, el puro con sus antiguas marcas. Sentimos el aroma que emanan las hojas meditada y delicadamente “torcidas”.
Y llega así elgran momento, tal vez el más esperado de toda la experiencia. Encendemos cuidadosamente el cigarro y comenzamos a saborear las primeras bocanadas de humo fresco. Y es precisamente en ese instantecuando develamos el misterio que esconde la mezcla de tabacos (ligada); el secreto que lo vuelve un objeto sin igual. También vamos descubriendo la manera en que los sabores se intensifican cuando elhumo se abre camino lentamente entre los labios, permitiéndonos percibir unos instantes más, la riqueza de sensaciones.
Fumar un puro…, un arte; inspiración y goce…
Un encuentro con mi mundo a través...