Fundamentalismo

INTRODUCCION

«La historia del demonio en la cultura occidental es la historia de una idea [...] Pero el demonio
es también la historia del miedo (Borja, 1998). »1
Entre los problemas más notables que aquejan la fe de los cristianos tenemos al fundamentalismo,
éste oprime los corazones de los fieles y es usado como arma para el control de masas,
procurando siervos sumisos y obedientes. Esdoloroso saber como esta corriente en lugar de
iluminar la inteligencia de la persona y fomentar a una razón mas vívida, sencillamente le
atemoriza y le lava el cerebro (si se puede decir de alguna manera), además presenta una
malformada imagen de Dios2 que no es el Dios de Jesucristo; estamos hablando entonces de un
Dios opresor, castigador al que hay que obedecer y “hacer su voluntad” através de la mágica
interpretación de la palabra:3 «No deseamos comprar el amor de nadie, porque eso sabemos que
no es amor, sino vil prostitución. Este Dios parece que merodea el mercado de la vileza y fuerza
y exige que se le engañe y diga que se le quiere, cuando la realidad es que se le obedece por
temor. »4
La Iglesia Católica, a partir del Concilio Vaticano II, parecía empezar a eliminar lasbarrocas de
la imaginería espiritista, que aleja a lo divino de lo humano material, de esta manera la divinidad
se aleja de la realidad (podría decirse la realidad humana) y se hace inaprensible e inalcanzable.
Con el pronto surgimiento de grupos de iniciativas laicales, gracias a este impulso Vaticano II y
con la ayuda de la fuerte influencia de los grupos protestantes pentecostalesnorteamericanos,
empezaron a aparecer personas, figuras que parecen ser “especialistas de lo sagrado” que pueden
hacer de puente o nexo con esta divinidad, en mi parecer los llamamos pastores. A modo de

1

M. A. OSPINA, «Fundamentalismo», satanás se «desregula»: sobre la paradoja del fundamentalismo moderno en la
renovación carismática católica [CD ROM], Bogotá, Colombia 2005.
2
Mardones en suobra “Matar a nuestros Dioses un Dios para un creyente adulto” nos muestra como «Los
creyentes tenemos imágenes idólatras de Dios. Adoramos en nuestra mente y corazón representaciones más que
torcidas, malsanas, de Dios. Dios se convierte así en un ídolo de miedo, temor, sumisión, coacción, represión. Un
Dios más digno de rechazo que de aceptación. Este Dios es una carga, una opresión, noensancha el alma, sino que la
empequeñece y nos reduce a enanos.» imágenes que es preciso sanar debido a que nos presentan a un Dios que no es
el Dios de Jesucristo.
3
Cfr., J. M. MARDONES, Matar a nuestros Dioses un Dios para un creyente adulto, Madrid 2007, 89.
4
ibid., 98.

sacerdotes estos hacen el rol de seres extraordinarios, hablan con la divinidad y pueden
interpretar esta voluntad deDios en su “corazón”.5
También la idea de demonio sufre una serie de cambios uno tras otro, que lo van des- encarnando
y encarnado, primero con Juan Pablo II que llegando el jubileo del año 2000 ayuda a desarrollar
de manera evolutiva esta problemática del profundo dualismo conservador y fundamentalista,
desplazando los significados de infierno y purgatorio6. Posteriormente a partir de lascorrientes
espiritas modernas (new age y otras corrientes orientales) nace el encaprichamiento por la figura
del mal personificado en laicos y también teólogos. No obstante los avances científicos y
teológicos, empiezan a organizarse grupos humanos como ejercito de Dios ante las fuerzas del
maligno.7

«Cuando estaba en segundo de primaria y una profesora nos leyó el Apocalipsis, tuve lasensación de que formaba parte de un juego en que ser bueno era igual a ser sumiso y, por otro
lado, descubrir a Dios como un gran ojo paranoico que se metía hasta en mis más íntimas
reflexiones y oteaba en los resquicios más animales de mi naturaleza. En esta religión uno pecaba
por todo, por acción, por omisión, por pensamiento, palabra, obra... ¡Carajo! No tenía siquiera
derecho a que no me...