Goribar

NICOLAS JAVIER DE GORIBAR “EL PINTOR BARROCO DE LA ESCUELA QUITEÑA”
Carla Grunauer Andrade La historia del arte de un pueblo abarca entre otras cosas la vida y obra de maestros que plasmaron su talento magistral en los diferentes materiales, los mismos que sirvieron de camino para que ellos fuesen recordados a través de las generaciones. Pero sobre todo, las ocho letras de la palabra “historia”llevan consigo los sueños de hombres que luchaban por sobrevivir en un siglo que ofrecía hambre y desventura, donde las catástrofes naturales habían decidido hacerse presentes, un lugar donde era difícil la vida cotidiana. Estos artistas que llegaron a encontrar la comunión perfecta entre la comunicación y el entendimiento a través del arte, se convirtieron en cierto tipo de alquimistas, libres deespíritu pero presos de una sociedad complicada, donde una manifestación política, un dolor social, un amor naciente o las tareas diarias, esas que normalmente no encontramos descritas en los libros, sustentan los grandes giros del mundo y proporcionan una esperanza y una razón para seguir siendo de carne y hueso. Así veo yo al barroco en Ecuador: un lenguaje fluido, lleno de símbolos queencierran desde una sencilla decoración hasta los mitos de un pueblo lleno de sabiduría y miedo.

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De ahí la necesidad de no dejar en el olvido a uno de los mayores exponentes de la llamada “Escuela Quiteña”, Nicolás Javier Goríbar (de Goríbar como se lo conoció antiguamente), y cuyo nombre ha causado gran polémica desde hace más de diez años, no solamente por la autoría de sus obras sino por lafalta de una prueba fiel que demuestre su existencia al no haber sido encontradas jamás en los archivos sus actas de nacimiento y defunción. Su nombre se vincula al de Miguel de Santiago, unidos por la afición al arte y parentesco. Sus padres fueron José Valentín Goríbar y Ruiz y Agustina Martínez Díaz, quienes procrearon cuatro hijos: Miguel de Goríbar, Angela Javier, Nicolás Javier y AndrésJavier de Goríbar. Fue una familia humilde y no mucho se conoce de su infancia y juventud; los datos son pocos por lo que no resulta fácil saber sobre su formación ni sus primeros trabajos. Se pueden encontrar algunas obras particulares atribuidas a su persona; pero su nombre es consignado en la pintura que realiza de la Virgen del Pilar para un retablo de la Iglesia de Guápulo y además por la famosay tan conocida Serie de Los Profetas que decoran las pilastras de la Iglesia de La Compañía, quien la acogiera por varios años en su vida. También se ha debatido en cuanto a la Serie de los Reyes de Judá, del Convento de Santo Domingo, sin embargo los criterios que afirman que no existe una vinculación directa del pintor con estas obras, son contradecidos por historiadores del arte de grancapacidad que encuentran entre las pinturas una fuerte conexión en cuanto a la técnica, que se encuentra más desarrollada y madura por el tiempo transcurrido. Lo cierto es, que para quienes restauramos obras maravillosas como las anteriormente nombradas, resulta un reto el conocimiento profundo del trabajo del autor de las mismas, que se conecta directamente con la comprensión de la química y física delos materiales empleados que cumplen su función, para que al fusionarse todos ellos, dé por resultado justamente un patrimonio cultural invalorable que sea nuestra historia y por el cual debemos seguir esforzándonos para recuperarlo y mantenerlo. Se casó con Doña María Guerra alrededor del año 1687. Pasó a formar parte del taller de uno de los pintores más reconocidos de la época de quien erafamiliar ya que su abuela, Mariana Ruiz, estaba emparentada con Juana Ruiz, madre de Miguel de Santiago, su tutor. Varias son las versiones que se cuentan del maestro y su discípulo; lo cierto es que una sola aparece en la mayoría de los libros y estudios, por cierto, antiguos, que demuestra que Nicolás llegó a superarlo. Por causa mayor tuvo Miguel de Santiago que realizar un viaje con el que no...