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© Reuters Varios soldados de EEUU trasladan a un preso de Guantánamo a su celda en 2002. / REUTERS
En total, 119 personas torturadas, al menos una hasta la muerte. Y ni una sola confesión que "sirviera para nada". Así valoró ayer el Comité de Inteligencia del Senado de EEUU la actuación de la CIA durante la guerra contra el terrorismo que puso en marcha Washington tras del 11-S. El resultadode la investigación es que la CIA operó como un "Estado dentro del Estado".
La CIA no sólo ha sido cruel hasta el sadismo en el tratamiento de los presuntos miembros de Al Qaeda tras eL 11-S. También ha sido incompetente. Ha estado plagada de luchas burocráticas. Ha utilizado el dinero del contribuyente con una generosidad impropia. Ha engañado con total impunidad a las más altas instancias delGobierno de Estados Unidos, incluyendo al presidente y al Congreso. Y, lo que es peor, ha hecho todo eso sabiendo desde el principio que torturar a los presos no sirve para obtener información fiable.
Por si todo eso fuera poco, queda una última observación: Estados Unidos puede volver a aplicar el sistema de torturas que instauró tras el 11-S cuando lo estime conveniente. El presidente de ese paístiene la capacidad de restablecer ese 'modus operandi' de un plumazo. De un plumazo en lo que se llama una Orden Ejecutiva fue como Barack Obama lo abolió, apenas dos horas después de haber jurado el cargo en 2009. De un plumazo, el propio Obama, o su sucesor, podrá reinstaurarlo.
Ésas son las principales conclusiones del informe de 525 páginas sobre las torturas de la CIA realizado por elComité de Inteligencia del Senado que fue publicado ayer. Esas 525 páginas son sólo un resumen redactado, y con nombres, lugares y cifras tachados, del verdadero informe, de 6.300 páginas, que ha sido declarado secreto. Nadie directamente involucrado en torturas es identificado. Tampoco lo son los países en los que se llevaron a cabo esas prácticas.
Fuera de EEUU
Según la presidenta del Comité deInteligencia del Senado, la demócrata Dianne Feinstein, el estudio recoge todos los casos de torturas llevados a cabo por la CIA. Eso significa que las actividades que se describen tuvieron lugar fuera del territorio de EEUU. O sea, en países aliados -como Afganistán, Polonia y Reino Unido-, barcos de la Armada y la Infantería de Marina y Guantánamo.
Otras limitaciones flagrantes del estudio son que,en su elaboración, nadie ha contactado a las víctimas de las torturas, pese a que varias de ellas están en libertad. El informe, además, es sólo sobre la CIA. No toca para nada las torturas del Departamento de Defensa, que tuvo un programa de retención de personas mucho más amplio que el de la agencia civil de espionaje.
Y, por último, queda la responsabilidad política, que se desvanece. GeorgeW. Bush, el presidente que se quejó al entonces director de la CIA -y ahora profesor de la Universidad de Georgetown- George Tenet, de que le hubieran dado calmantes al líder de Al Qaeda Abu Zubaidah, que había recibido varios balazos al ser detenido, no sabía que la CIA torturaba.
Aun así, el informe destapó ayer un agrio debate en Estados Unidos. Barack Obama dijo que los actos descritos son"contrarios a nuestros valores", y su rival republicano en las elecciones de 2008, el ex prisionero de guerra John McCain, afirmó que la tortura es "una mancha en nuestro honor". Pero la mayor parte del Partido Republicano apoyó a la CIA. Uno de los presidenciables de esa formación, Marco Rubio, dijo que todo el debate sobre la tortura es "un placer partidista" para los demócratas.
Derechos HumanosPero, aun con sus limitaciones, la investigación es contundente. Las torturas no funcionaron, y "no sirvieron para proveer información directa" sobre amenazas a la seguridad nacional de EEUU. Además, la CIA mintió de forma consciente y sistemática al Congreso y a la Casa Blanca de George W. Bush acerca de sus violaciones de los Derechos Humanos.
Unas actividades que no sólo corroboran, sino...