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Páginas: 2 (443 palabras)
Publicado: 26 de agosto de 2012
AGUA DE LA LLAVE
Lee Salmo 138:1-5
“Yo voy a orar”, dijo Raúl cuando la familia se sentó a la mesa para cenar. Bajó la cabeza y le dio gracias al Señor por la comida y todos dijeron “Amén”.Entonces alzando la mirada, rezongó. “¡Odio el brócoli! ¡Y no me gusta el pollo cocinado de esa forma!” Pero como sabía que tenía que comer un poco, cogió un poco de cada plato. “Hace demasiado calor”, sequejó entre bocado y bocado.
Su papá frunció el ceño. “Raúl, ¿crees que Dios oyó tu oración esta noche?”, le preguntó.
“Claro”, Raúl contestó confiado.
El papá se sirvió pollo. “Y, ¿tambiénoyó tu queja?”
Raúl miró su plato. “Sí”, admitió.
“Entonces, ¿a cuál le creyó Dios?” ¿Qué estas agradecido por la comida, o que odias la comida que hoy se presentó en la mesa?, preguntó el papásin esperar una respuesta, continuó. “Después de la comida vamos a llenar una cubeta de agua de la llave”.
Una vez ahí, Raúl preguntó: “¿Vamos a lavar el coche?”
El papá negó con la cabeza. “Sacaun poco de agua de ahí para que tomes agua”.
Raúl se veía sorprendido. “Esta agua no está purificada, no sirve para tomarla”, dijo protestando.
“Es verdad. Esta agua no sirve”, asintió el papá.“Pero, tú beberás el agua en tu cubeta”.
Raúl hizo una mueca. “Si el agua de la llave no es potable, tampoco el agua que ponga en la cubeta se puede tomar”, dijo.
El papá asintió con la cabeza.“Eso es verdad”, convino. “Lo que hay en el agua de la llave, va a salir en la cubeta también. Eso me recuerda las palabras de Jesús cuando dijo: ‘De la abundancia del corazón habla la boca’. Raúl,he notado varias veces que cuando se te pide orar, le das gracias a Dios, pero después te quejas de las muchas cosas buenas que Dios te ha dado. Si quieres saber lo que yo pienso, esas quejas tuyasdeben salir de un corazón no agradecido”.
Raúl llenó la cubeta y miró la basura que en ella había. Si eso representaba la condición de su corazón, él sabía que tendría que ver qué podía hacer para...
Lee Salmo 138:1-5
“Yo voy a orar”, dijo Raúl cuando la familia se sentó a la mesa para cenar. Bajó la cabeza y le dio gracias al Señor por la comida y todos dijeron “Amén”.Entonces alzando la mirada, rezongó. “¡Odio el brócoli! ¡Y no me gusta el pollo cocinado de esa forma!” Pero como sabía que tenía que comer un poco, cogió un poco de cada plato. “Hace demasiado calor”, sequejó entre bocado y bocado.
Su papá frunció el ceño. “Raúl, ¿crees que Dios oyó tu oración esta noche?”, le preguntó.
“Claro”, Raúl contestó confiado.
El papá se sirvió pollo. “Y, ¿tambiénoyó tu queja?”
Raúl miró su plato. “Sí”, admitió.
“Entonces, ¿a cuál le creyó Dios?” ¿Qué estas agradecido por la comida, o que odias la comida que hoy se presentó en la mesa?, preguntó el papásin esperar una respuesta, continuó. “Después de la comida vamos a llenar una cubeta de agua de la llave”.
Una vez ahí, Raúl preguntó: “¿Vamos a lavar el coche?”
El papá negó con la cabeza. “Sacaun poco de agua de ahí para que tomes agua”.
Raúl se veía sorprendido. “Esta agua no está purificada, no sirve para tomarla”, dijo protestando.
“Es verdad. Esta agua no sirve”, asintió el papá.“Pero, tú beberás el agua en tu cubeta”.
Raúl hizo una mueca. “Si el agua de la llave no es potable, tampoco el agua que ponga en la cubeta se puede tomar”, dijo.
El papá asintió con la cabeza.“Eso es verdad”, convino. “Lo que hay en el agua de la llave, va a salir en la cubeta también. Eso me recuerda las palabras de Jesús cuando dijo: ‘De la abundancia del corazón habla la boca’. Raúl,he notado varias veces que cuando se te pide orar, le das gracias a Dios, pero después te quejas de las muchas cosas buenas que Dios te ha dado. Si quieres saber lo que yo pienso, esas quejas tuyasdeben salir de un corazón no agradecido”.
Raúl llenó la cubeta y miró la basura que en ella había. Si eso representaba la condición de su corazón, él sabía que tendría que ver qué podía hacer para...
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