GUIA PARA LOS LECTORES
GUIA PARA LOS LECTORES
I.
PROCLAMACIÓN DE LA PALABRA
1. La proclamación de la Palabra de Dios es verdaderamente un servicio para la
Iglesia. Los lectores presentan la Palabra de Dios viva a la asamblea litúrgica. Por lo tanto, el
ministerio de la Palabra debe ser tratado seriamente y con gran dignidad. (IGMR 55)
2. La Palabra de Dios no es simplemente leída durante la liturgia.
Es proclamada,
aunque no con una exhibición teatral
. Una proclamación efectiva incluye la entrega del
mensaje con claridad, convincente y con un acento adecuado. Exige la habilidad de evocar la
fe en los demás, por medio de la demostración de nuestra propia fe. La Proclamación es un
ministerio especial que presupone fe. También despierta la fe en aquellos quienes escuchan la
Palabra proclamada. (LM Leccionario para la Misa, Intr. 55)
3. La asamblea debe escuchar la proclamación de las Escrituras en vez de estarlas
leyendo en el Misal. Cuando el escuchar es común, los fieles experimentan no solo unidad
entre ellos sino también la presencia de Cristo hablándoles a través de la Palabra. Sin
embargo, los Párrocos y los lectores necesitan estar atentos a las necesidades especiales de los
que tienen dificultades auditivas y para aquellos cuyo idioma es diferente del utilizado en la
Misa. (LM Intr. 7, 37).
II.
REQUISITOS
4. Todos los ministros litúrgicos, especialmente los lectores,
deben ser debidamente
capacitados para su ministerio
. Este ministerio de la Palabra requiere habilidad para leer en
público, conocimiento de los principios litúrgicos, y un entendimiento de las escrituras.
Solamente los lectores capacitados deben ser programados para la liturgia. (IGMR 101, LM
Intr. 14)
5. Que los Lectores hayan recibido sus
sacramentos de iniciación
, que sean Católicos practicantes cuyas vidas dan testimonio de la Palabra que ellos proclaman.
En ocasiones especiales y por razones personales, una persona joven que aún no ha
recibido los sacramentos de iniciación (por ejemplo, no ha sido confirmada ni ha recibido la
Primera Comunión) se le puede permitir leer durante una liturgia.
6. Los lectores pueden ser enviados públicamente para su ministerio, preferiblemente
durante una Misa dominical.
7. Aquellos que actualmente son lectores, deben participar periódicamente en
programas de formación.
III.
PREPARACIÓN
8. Para hacer el servicio de la Palabra efectivo, se espera que los lectores estén
preparados para su ministerio. La preparación debe ser espiritual, de la escritura y práctica. La
preparación espiritual incluye oración sobre el texto y reflexión en su mensaje. La preparación
de la escritura incluye comprensión y entendimiento del texto.
La preparación de la práctica incluye dominar las palabras difíciles, aprender la
pronunciación correcta y practicar la expresión oral del texto en voz alta.
9. También se espera una preparación inmediata de todos los lectores. Esto requiere
que llegue con bastante tiempo antes de la liturgia, encuentre las lecturas en el Leccionario, y
arregle el micrófono asegurándose que el sistema del sonido funcione apropiadamente.
IV.
LENGUAJE INCLUSIVO
10. El lector no tiene la libertad de cambiar los textos de las Escrituras. (LM Intr. 111)
V.
MINISTROS DE LA PALABRA
11. De acuerdo a la tradición antigua y las enseñanzas de la Iglesia, las lecturas —con
excepción del Evangelio— son proclamadas por ministros laicos. (IGMR 59)
Siendo que la participación de dos lectores—uno para cada lectura— es recomendable,
la comunidad parroquial debe esforzarse por tener suficientes lectores para satisfacer este
ideal (IGMR 109, LM Intr. 52)
12. La ...
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