Historia de 10 pesos
Páginas: 4 (883 palabras)
Publicado: 25 de noviembre de 2014
Historia de los 10 pesos
No tengo tanta memoria como para recordar a mi abuelo contando todo lo que se podía comprar con 10 pesos en su época; además, la inflación ha sido tan salvaje que consólo acordarme de lo que YO compraba con 10 pesos cuando estaba niño, ya tengo para llenar todo un boletín del consumidor.
El cuento es que sí, como todo niño cuadernícola, tengo colección de billetesy monedas. Para mi fortuna nunca me lo tomé muy en serio, así que no he gastado mucha plata ni he derrochado millones buscando y comprando ejemplares únicos en tiendas esquilmáticas –perdón,numismáticas.
Como sea, tengo unos cuantos billetes y monedas, pero curiosamente uno de los que falta en mi colección es el billete de 10 pesos con la imagen de Antonio Nariño. El otro día lo ví porcasualidad en una de esas tiendas donde estafan a la gente con monedas raras y viejas y me puse a pensar que no entendía por qué razón no conservaba un ejemplar de este billete, si era mi favorito cuandoniño.
En esa época la plata que me daban pa’ las onces eran 10 pesos; por alguna razón tonta, siempre me parecía que era más dinero si me daban los 10 pesos en un solo billete que en varios de 2 o de 5.Quizás se debía a que la imagen de Nariño era imponente y estilizada.
La afición por Nariño -y en general por las tercerías- se remonta a esa época. Cuando a todos los niños nos “enseñaban”mitos sobre la historia de la Nueva Granada, la cosa se reducía a las querellas entre Bolívar y Santander, como si de continuar o afirmar el bipartidismo, se tratara.
Yo siempre he desconfiado muchode esas decisiones entre dos bandos. De niño si me invitaban a jugar fútbol o basketball, prefería ping-pong. De pelado, si era billar pool o americano, me decantaba por el tejo; más adelantecuando la cosa era pola o guaro en el Chorro, pedía chicha. Para resumir la situación me gusta citar una anécdota que me ocurrió entre mis amigos roqueros: cuando me lanzaron la pregunta iniciática...
No tengo tanta memoria como para recordar a mi abuelo contando todo lo que se podía comprar con 10 pesos en su época; además, la inflación ha sido tan salvaje que consólo acordarme de lo que YO compraba con 10 pesos cuando estaba niño, ya tengo para llenar todo un boletín del consumidor.
El cuento es que sí, como todo niño cuadernícola, tengo colección de billetesy monedas. Para mi fortuna nunca me lo tomé muy en serio, así que no he gastado mucha plata ni he derrochado millones buscando y comprando ejemplares únicos en tiendas esquilmáticas –perdón,numismáticas.
Como sea, tengo unos cuantos billetes y monedas, pero curiosamente uno de los que falta en mi colección es el billete de 10 pesos con la imagen de Antonio Nariño. El otro día lo ví porcasualidad en una de esas tiendas donde estafan a la gente con monedas raras y viejas y me puse a pensar que no entendía por qué razón no conservaba un ejemplar de este billete, si era mi favorito cuandoniño.
En esa época la plata que me daban pa’ las onces eran 10 pesos; por alguna razón tonta, siempre me parecía que era más dinero si me daban los 10 pesos en un solo billete que en varios de 2 o de 5.Quizás se debía a que la imagen de Nariño era imponente y estilizada.
La afición por Nariño -y en general por las tercerías- se remonta a esa época. Cuando a todos los niños nos “enseñaban”mitos sobre la historia de la Nueva Granada, la cosa se reducía a las querellas entre Bolívar y Santander, como si de continuar o afirmar el bipartidismo, se tratara.
Yo siempre he desconfiado muchode esas decisiones entre dos bandos. De niño si me invitaban a jugar fútbol o basketball, prefería ping-pong. De pelado, si era billar pool o americano, me decantaba por el tejo; más adelantecuando la cosa era pola o guaro en el Chorro, pedía chicha. Para resumir la situación me gusta citar una anécdota que me ocurrió entre mis amigos roqueros: cuando me lanzaron la pregunta iniciática...
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