Historias aquí cerquita

HISTORIAS AQUÍ CERQUITA

Pensar en hablar de la violencia francamente no me es muy inspirador, no soy una luchadora, no soy combativa, me da dolor, me hace sufrir y por tanto no es algo que me provoque nada más que desprecio por el término. Y bueno la invitación a participar en este foro me hizo pensar en el compromiso que tenemos todos de hacer algo por la No-Violencia, y eso me hizoescribir.
Difícilmente puedo evitar al encender el televisor ver una noticia donde se comenta que en algún lugar del planeta hay violencia: mujeres que tratan de incendiarse a sí mismas para protestar por el maltrato de sus maridos, ¡para morir de esa manera tan dolorosa, que dolor más grande las obligara a incendiarse! mujeres que fueron entrevistadas diciendo que se casaron a los catorce añosy actualmente tienen veintisiete, y que siempre usaron Burka y que no saben protestar de otra manera. Esto se escucha como si pasara muy lejos; cualquiera lo habrá sintonizado por mero accidente y entonces ignoraría la noticia porque, al final, eso pasa ¡hasta allá bien lejos!; como si no sucediera en este planeta, como si fuera una noticia de la historia de hace cientos de años. Pero quedéhorrorizada, esto fue hace una semana y fue en un lugar donde yo he estado en apenas veintitantas horas de vuelo. No es tan lejos, no es tan distante y lo sucedido fue anteayer. Sentí como cuando unos terroristas hicieron estallar bombas en el Hotel Taj-Mahal, en Bombay, en la India y vi las imágenes en televisión de ese hermoso hotel incendiándose, lleno de humo y me vino a la mente mi lustrosa fotoparada frente al mismo, yo muy mona de posando luego de comprar un abanico. Sentí dolor, por la gente corriendo y el edificio tan bonito en llamas Y me dolió, realmente no es tan lejos, es éste mismo planeta es nuestra tierra, nuestra casa.
Y hoy creí que iba a hablar de la violencia en el mundo, ese, para algunos lejano.
También pensé, en aquella charla que tuve con un amigofotógrafo allá por el año de l990 y me contaba que fue a fotografiar por su chamba en Chihuahua, a dos jóvenes muertas, si, de esas “las muertas de Juárez” y es que, es muy feo ver esos cadáveres encontrados cuando ya no se sabe como son, sólo la ropa y los zapatos ayudaron a saber de quién se trataba, ¡eran fotos bien feas!, huesos con pellejo cubiertos por arena, muy blanca, como talco, con unsol que inundaba el espacio. Y también parece distante, noticia de hace mucho.
Aún así, desde entonces, cuantas más se han descubierto, si, se me hizo distante, pensé ¡es hasta allá!.
Cuando llegamos mi esposo y yo a vivir a Capultitlán que ya no es no es un pueblo allí al sur, no, es una delegación de aquí de Toluca. No teníamos vecinos, todo eran milpas y baldíos llenos de basura, peroaún así había silencio, se lograban escuchar las aves y se miraba fácil el volcán pero se fue llenando de casas y se pavimento la calle y ahora es un caos, tráfico, perros callejeros, tienditas llenas de borrachos, más basura y caca de cualquier parroquiano que por allí se le ofrezca. Dice mi esposo -llegó la civilización-, llego el ser humano y se llenó de polución y, para mi sorpresa, ya vantres muertas, tiradas en Capultitlán, si, tres jóvenes en diferentes baldíos, en lo que va del año. Nunca pensé que la epidemia de violencia contra las mujeres que se daba sólo “allá lejos en Juárez” la estoy mirando a la vuelta de la esquina en el siguiente baldío, en éste año. Y comencé a analizar lo que no quería ver al cerrar mi zaguán, y a esconder mi yo y pertenencias detrás de las bardas demi casa no quería ver en lo que se convirtió mi barrio: la llegada de la civilización, y es que no llegó, invadió.
Hace unos meses mientras me arreglaba frente al espejo del tocador, con la ilusión claro como muchas mujeres de arreglar algo de mí pues la fiesta era a las nueve y ya eran casi las diez de la noche. Seguía echándome encima todo el taller de hojalatería y pintura de mis...