hola
Debemos hacer dos observaciones previas: la primera es que yo comienzo la lectura de ese libro XIpor el capítulo 14, 17, con la pregunta: "¿Qué es, en efecto, eldempo?" No ignoro que su análisis se inserta en la meditación sobre las relaciones entre la eternidad y el tiempo,^ suscitada por el primer versículo del Gé- nesis: "In principio fecit Deus..." Eneste sentido, aislar el análisis del tiempo de esta meditación es violentar un tanto el texto, he-
' líe adoptado la traducción francesa de E. Tréhorel y G. Bouissou, sobre el texto de M.Skutella (Ed. Teubner, 1934), con introducción y notas de A. Solignac ("Bibliothéque angustínienne" XIV, París, 1962, pp. 270-343. Mi estudio debe mu- cho al comentario eiiidito de E.P. MeijeringAugustin über Sckopfung, Emigkeit und Zeit. Das Elfie Buch d^r Bekenntnisse (Leiden, 1979). Insisto más que él en el carác- ter aporético de la discusión y, sobre Iodo, en la dialéctica entredislenlio e intentio; en cambio, A. Solignac subraya fuertemente este último aspecto en sus "Notas complementarias" 3 la traducción de TréhorcJ/Rouissou, pp. 572-591. La obra de
Jean Guifton, Le temps etl'étemité chez Plotin et saint Augustin (París, 1933, 4a. ed., 1971) no ha perdido nada de su agudeza. En las referencias a Plotinc me he servi- do de la introducción y del comentario de KernerBeierwaltes, Plotin über Ewigkeit und Zeit {Enneade III, 7) (Francfort, 1957). Consultar igualmente a E. Gilson, Notes sur Velre et le temps chez Augustin: "Kecherches augusiiniennes" (1929), pp....
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