Hola
-Oh, Belerma, oh Belerma, por mi mal fuiste engendrada,
que siete años te serví sin de ti alcanzar nada;
agora que me querías muero yo en esta batalla.
No me pesa de mimuerte aunque temprano me llama,
mas pésame que de verte y de servirte dejaba.
Oh, mi primo Montesinos, lo que agora yo os rogaba
que cuando yo fuere muerto y mi ánima arrancada
vosllevéis mi corazón adonde Belerma estaba
y servilda de mi parte como de vos yo esperaba
y traelde a la memoria dos veces cada semana
y diréisle que se acuerde cuán cara que me costaba
y daldetodas mis tierras, las que yo señoreaba:
pues que yo a ella pierdo, todo el bien con ella vaya.
Montesinos, Montesinos, mal me aqueja esta lanzada;
el brazo traigo cansado y la mano delespada;
traigo grandes las heridas, mucha sangre derramada,
los extremos tengo fríos y el corazón me desmaya.
¡Qué ojos que nos vieron ir nunca nos verán en Francia!
Abracéisme,Montesinos, que ya se me sale el alma;
de mis ojos ya no veo, la lengua tengo turbada.
Yo vos doy todos mis cargos, en vos yo los traspasaba.
-El Señor en quien creéis, Él oiga vuestra palabra.-Muerto yace Durandarte al pie d'una alta montaña;
llorábalo Montesinos que a su muerte se hallara:
quitándole está el almete, desciñéndole la espada,
hácele la sepultura con una pequeñadaga,
sacábale el corazón como él se lo jurara
para llevar a Belerma como él se lo mandara.
Las palabras que le dice de allá le salen del alma:
-¡Oh, mi primo Durandarte, primo mío delalma!
Espada nunca vencida, esfuerzo do esfuerzo estaba,
quien a vos mató, mi primo, no sé por qué me dejara.
|“Romance de la Infantina” Jóse|
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