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Espantos y leyendas de los siete barrios de Iztacalco1
Los pobladores de Iztacalco guardan en su memoria colectividad recuerdo de numerosas leyendas de espantos y aparecidos, historias que evocanun mundo ya extinto de calles sin luz eléctrica, de cocina de humo para las tortillas, de camas de madera y petate o de latón cubiertas por fundas y colchas bordadas.
Era tiempo en que los hombresiban descalzos, de calzón blanco los tobillos y camisa de manta, y las mujeres usaban saco y enaguas, corpiño y fondo. El ritmo de la vida cotidiana era otro; todos se acostaban a las siete de la nochey se levantaba a los cuatro a trabajar.
Algunos dicen en realidad no había sobre natural en las apariciones. Pero otros dudan en la existencia de la Chicúa, la mujer de blanco, la llorona, las brujasy los nahuales.
Los nahuales son los personajes, más recordados de los barrios; eran personas con la habilidad de transformarse en animales la cual se sirvió para moderar por las noches, robar yhacer maldades, otros afirman que solo interesaba en el nixcomitl o nixtamal.
Un vecino recuerda que de niño estaba una vez en el rancho de su padre y vio un burro que llevaba en el lomo a seisguajolotes, cuando su padre le pegó con un garrote, el burro se quejó antes de desaparecer diciendo “ya no me pegue don Benigno, ya no me pegue”.
Cuentan también que antes la gente grande se reunía yperseguía al nahual, aunque éste desaparecía u en su lugar quedaba un perro negro así mataron uno en el barrio de Zapotla, lo corretearon hasta un puentecito que cruzaba una zanja, allí cayó, lo agarrarondentro del agua, lo anduvieron arrastrando por todo el barrio y después lo chamuscaron .
Los carniceros del pueblo, los Alanís, trataron de abrirlo, pero el pellejo era tan grueso que no pudieron ymejor fueron a tirarlo al río. Allí lo fue a buscar su mamá, que venía de la Magdalena Míxiuhca, pues era muy sabido que ese lugar venían los nahuales.
De las brujas se decían muchas cosas que si...