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Desperté, como cualquier otro día, gracias a mi reloj despertador, era lunes, mi madre me llama:
-¡Agnus, el desayuno!
Bajé deprisa hambriento, no me vestí, no me peiné. Al bajar mis hermanos me recibieron cálidamente, lo cual me sorprendió demasiado, siempre son unos malditos conmigo, pronto me enteraría de la razón de su buen humor: Dejaríamos mi natal Irlanda para mudarnos a América, papáfue transferido a la fábrica de Chicago, simplemente no podía rechazar esa oferta.
Siempre me alteró la idea de dejar mi amada Irlanda, pero debo reconocer que no me sorprendió la noticia, se veía venir.
¡Es verdad!, que descortés soy, olvidé presentar a mi familia. Mi madre es María Valenzuela, es mexicana, muy cariñosa, sobretodo conmigo, lo cual esa podría ser la razón de la rabia de mis hermanoshacia mi, por cierto se llaman Frederick y Peter, son gemelos, ambos son muy atléticos, pero al igual que yo, fanáticos al soccer, por herencia de mi padre, él se llama como su seguro servidor, somos los Robinson.
Me vestí, me preparaba para ir a la escuela, estudiaba en la preparatoria, quería dedicar mi vida a la música, toco la guitarra y el piano. Llegué al colegio y busqué a mis amigos, comosiempre, metidos en problemas, los descubrieron en el vestidor de damas de la escuela.
De mi grupo de amigos, siempre fui el serio, se reunían a hacer alguna estupidez y yo sólo los veía, nunca me había gustado tener problemas, pero a ellos parecía encantarle. Me vieron:
-¡Agnus!, viejo, ¿Cómo estás?- Me saludó Pat, el más loco de todos.
-¡¿Que cuentas hombre?!- Dijo Frank.
-¡Viejo! Te noto algopreocupado- Dijo Steven.
Antes de entrar a clases siempre nos reunimos en la cafetería que estaba al cruzar la calle a charlar un momento, les conté lo que iba a pasar, se notaron algo tristes:
-¿Cuando te irás?- Me preguntó Frank
-En una semana- Le contesté.
-Viejo, tienes que empezar a divertirte con nosotros, tus amigos, tal vez si nos metamos en un para de problemas, pero bien que nos lapasamos- Decía Pat.
Quise hacer el intento de divertirme a su manera, y seré honesto: No me arrepiento de haberlo hecho, durante toda esa semana hice toda clase de locuras con ellos.
Terminando de hablar en la cafetería, no fuimos a clase, cuidando que los vigilantes de la puerta no nos vieran que estábamos huyendo para no ir a clase, fuimos a la plaza, caminando por la calle, Pat me daba instruccionespara divertirme:
-El primer paso para comenzar a divertirte como nosotros es…- Tomó un trozo de carne de uno de los puestos de la calle.- ¡Correr!
El vendedor se dio cuenta y salió detrás de nosotros con un garrote en la mano gritándonos:
-¡Hey! ¡Pequeños bribones! ¡Vuelvan acá con esa carne! ¡Ladrones! ¡Que alguien los detenga!
Llegamos a un callejón y le pregunté:
-¿Por que robaste carne?, nisiquiera tiene sentido.
-Te mostraré el por qué- Con el pie golpeó tres veces el contenedor de basura en el que estaba recargado, se abrió la tapa y salió un vagabundo, un hombre con barba llena de restos de comida, mirada de loco, alto pero estaba muy encorvado, vestía una gabardina oscura, pantalones grises muy viejos y sucios, camisa azul a cuadros y un gorro gris, Pat le mostró el filete ysalió del enorme contenedor de un salto, se lo arrebató y comenzó a comer.
-¡Filete de res!- Decía mientras lo saboreaba.
Yo no lo podía dejar de ver, Pat lo interrumpió:
-¡Hey! Dame lo mío, ya te di la paga.
El vagabundo volteó hacia nosotros con mirada de loco, tenía la boca llena de carne, cuando se la tragó habló:
-Síganme.
Lo seguimos hasta el fondo el callejón, golpeó la puerta del fondo comoloco hasta que la tiró, entramos solamente nosotros:
-Que se diviertan amigos- Nos dijo y cerró la puerta nuevamente.
No se veía nada dentro, Pat nos dijo que lo siguiéramos, tomo mi mano, yo tomé la de Frank y él la de Steven, Pat comenzó a correr, casi disloca mi hombro. Llegamos a un pasillo, muy largo por cierto, al final se veía una luz demasiado brillante, Pat me soltó, yo hice lo mismo con...