Introducción. Siempre me he preguntado cómo es que llegué a ser lo que soy ahora, con mis conductas positivas y mis grandes errores en las conductas que adopto, por qué reproduzco las conductas de mis padres y de otras gentes con las que he crecido, a pesar de saber que no son buenas para convivir en armonía con los demás. Mis dudas surgieron a partir de la observación de mi propia familia y otras de mi alrededor, ver como seguimos sus pasos en la interacción con otros seres humanos y caemos en los mismos errores que nos llevan a alejarnos de la gente que queremos. ¿Es posible ser distintos de las personas que ayudaron a completar nuestro repertorio de respuestas conductuales? En la vida siempre nos hacemos distintas preguntas para saber quiénes somos y por qué actuamos de tal o cual forma, en ciertas condiciones y hacia ciertas personas. El hombre siempre ha tenido la inquietud de saber qué factores influyen sobre su persona y la forma de vida que lleva, qué papel juega dentro de esta sociedad que nos rige en normas y modos de vida. Distintos tiempos han necesitado distintas respuestas, conforme el pensamiento del hombre avanza la forma de interpretar y percibir su mundo también. Hace 1000 años las anteriores preguntas no me imagino si pudieron ser efectuadas, pues el interés del hombre estaba centrado en otras interrogantes como de dónde venimos y a dónde vamos, y las respuestas hubieranestado ligadas a Dios y al destino que él nos hubiera escrito. Bastantes de nuestras creencias estaban basadas a un destino que no se podía cambiar, estábamos condenados a una vida con ciertas características inamovibles, donde no podías aspirar a una vida mejor, el destino era colectivo, los pobres estaban destinados a ser pobres toda la vida al igual que su descendencia, por lo tanto sus creencias y conductas estaban ligadas a su destino. Hoy en día existe un pensamiento racional que trata de cambiar el destino divino e incluso biológico teniendo en cuenta que los genes no determinan todas nuestras conductas pues hasta el temperamento se puede controlar y ya no nos encontramos condenados a repetir las conductas que nuestros padres tuvieron en su vida. Es cierto que la época de un Dios omnipotente ha cambiado, ¿pero será verdad que podemos escapar al destino que marca la sociedad para cada uno de nosotros? Mientras la mayoría de los humanos cree que puede decidir la manera de actuar durante su vida, nos encontramos con la triste realidad de que pesan más las creencias ajenas que las propias (ya no tanto los genes), mientras creíamos estar exentos de un contagio colectivo, buscando ser distintos y tener conductas de cambio, la vida nos muestra que nuestro entorno social es primordial y lo que piensan los demás nos afecta más de lo que quisiéramos. Pero, ¿por qué darle tanta importancia el pensamiento colectivo de nuestra sociedad? La razón es que somos seres sociales, crecemos y vivimos dentro de un conjunto de humanos quienes se han encargado de formarse una idea de cómo tenemos que actuar dentro de la sociedad de la que somos parte, cómo debemos pensar, actuar, qué debemos creer, y todo esto
1 1
mediante la educación que nos brindan para poder ser aceptados y respetados, según el tiempo y la cultura donde nos haya tocado nacer. Es importante darnos cuenta que con el tiempo la cosmovisión de los hombres ha cambiado y con ello su manera de percibir el mundo y explicárselo. Las maneras de educar a los niños cambian, los valores se modifican y todo este conjunto de creencias, vivencias y contextos históricos repercuten en nuestra propia conducta porque tenemos que adaptarnos a él. ...
Leer documento completo
Regístrate para leer el documento completo.