Ingeniero
La lucha contra el narcotráfico, quefinalmente detonó su asesinato, ha evolucionado, pero no tiene un escenario de victoria para el país. Galán no fue escuchado oportunamente cuando, a manera de valiente pionero, anticipaba el daño inmensoque causarían las drogas ilegales a la vida colombiana. Esta plaga se llevó por delante a muchos de nuestros más importantes dirigentes, permeó la justicia, la política y las fuerzas del orden, sembróterrorismo y alimentó por igual a las guerrillas y a los paramilitares.
Asesinado Galán, se desató una furiosa persecución contra el cartel de Medellín, mientras el de Cali se fortalecía. Ydesatada años más tarde la persecución contra este último, tras el proceso 8.000, se afianzaban el cartel del norte del Valle y las estructuras narcoparamilitares que hoy han derivado en muchos baby-cartels,como algunos han dado en llamarlos, de manera más que benévola. Mientras más se ha fumigado, más resistentes y productivos se vuelven los cultivos ilícitos. El monstruo no muere.
La lección másimportante en este frente es que el país parece condenado a permanecer en una negra noche mientras no se consolide una lucha simétrica contra todas las formas de criminalidad derivada o nutrida por estedelito, sin tregua ni concesiones. Cualquier alianza hecha en mala hora por un funcionario estatal con organizaciones mafiosas, lo único que logró fue estimular el poder corruptor del narcotráfico...
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