Institución escolar

Marta Mata Garriga La institución escolar y la ciudad

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MARTA MATA GARRIGA.

Miembro del equipo de maestros fundador de la Escola Talitha y, en 1965, de la Escola de Mestres Rosa Sensat. En 1972 colaboró en la creación de la Escuela Normal de la Universidad Autónoma de Barcelona de la que ha sido profesora durante muchos años. Diputada en las Cortes Españolas y desde 1980 diputada enel Parlament de Catalunya. Actualmente es concejal de Educación del Ajuntament de Barcelona y diputada de Educación de la Diputación de Barcelona. Ha escrito numerosos artículos y libros sobre temas educativos y se ha especializado en la didáctica de la lectura y la escritura. En este último campo ha publicado, entre otras obras, Quadres de fonologia catalana, Cuadros de fonología castellana, y hacoordinado el programa Lletra per lletra para el aprendizaje de la lengua escrita.

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La institución escolar y la ciudad
Escuela sin institución Y escuela sin escuela, pero en el ágora en medio de la ciudad, hacían y deshacían los sofistas y los primeros servidores de la filosofía, y su primer mártir reseñado, en Atenas. Una escuela del pensamiento en que todavía pensamos y vivimos, y dela que todavía empleamos las palabras. A la hora de hacer el balance histórico de cualquier escuela, institucional o no, lo que cuenta es la pervivencia de su «crear escuela». La institución escolar: dos tipologías Del mismo modo, los términos de «maestro» y «discípulo» no necesitan el de «escuela» para ser definidos. Sin escuela, ha habido maestros y discípulos, se han transformado discípulos enmaestros, y se han podido formar verdaderas tramas, familias de roles variables en la transmisión y creación de humanidad, se ha «creado escuela» sin el amparo de una institución, propiamente dicha. En todo caso, la institución ha sido un resultante. Y no se insiste en esto para menospreciar el carácter institucional que tiene y ha tenido casi siempre la escuela, sino para señalar que lainstitución escolar puede superar las propias estructuras y crear escuela, en el sentido más profundo y no institucional de la expresión. Porque escuela, sin escuela, en la acepción actual del término, se ha hecho siempre, dentro o fuera de la ciudad. Escuela sin escuela hacían el maestro y sus discípulos en la selva del Indostán, muy lejos de la civilización, traspasando una sabiduría que rechazabacualquier soporte material, y todavía más el de la materia contaminada por el hombre, la del libro, la del edificio, la de la ciudad terrenal y, con ellos, la estructura institucional de la escuela. Desde aquella imprecisa frontera entre prehistoria e historia, que los manuales escolares fijaban con el documento escrito, podemos también explicar cómo nace el modelo de institución escolar que conocemos,para asegurar el dominio de la lengua escrita. Pero, siguiendo la historia de esta institución, tenemos que distinguir dos tipologías, con un punto de inflexión, la obligatoriedad, que nos hace hablar, antes, de escuela minoritaria y, después, de escuela mayoritaria. • Escuela minoritaria. El hecho es que, además de los aprendizajes de los primeros oficios con su misma práctica, y de los ritualesde iniciación, en la pubertad, y en las artes y costumbres características de cada pueblo, la antigüedad nos ofrece diversos tipos de institución escolar. Las civilizaciones que llegan a plasmar en uno o más libros su sabiduría tradicional, crean una determinada escuela para enseñar a leer e interpretar, todo a todo el mundo, en el caso del pueblo judío; mucho a los mandarines, poco a una mayoríalo más grande posible, en el caso de China.

El término escuela no supone, de manera necesaria, una institución. «Escuela» es un término que nos permite pensar en algo más profundo que en una estructura de piedra, personas y normas. Se ha podido «crear escuela». Se han llegando a establecer verdaderas relaciones de formación humana entre maestro y discípulo, sin institución escuela.

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